Los obstáculos que impiden construir nueva infraestructura en salud
Han transcurrido más de 9 meses desde que el actual ministro de Salud asumió esa cartera. Sin embargo, no se ha avanzado en destrabar las inversiones sanitarias. La llamada reforma creó nuevas trabas a la inversión en infraestructura a través del DL 1157 (diciembre 2013) que norma los criterios orientadores para la expansión y sostenimiento de las inversiones en salud, en todo el sector público, es decir, Essalud, Sanidad de Policía, sanidades militares, los organismos públicos descentralizados, los gobiernos regionales y locales. También crea los mecanismos de concertación para la priorización usando la metodología del planeamiento multianual. Ha puesto en funcionamiento la Comisión Multisectorial de Inversión de Salud, de ámbito nacional, y además los Comités regionales intergubernamentales de inversión en salud, de ámbito regional y local. Luego todo lo aprueba la sede central del Ministerio de Salud.
No hay que olvidar que finalmente quien decide si la inversión va o no es el Ministerio de Economía y Finanzas, luego de cumplir los requisitos del SNIP. Como vemos, se ha creado un complicado procedimiento para canalizar los deseos de inversión de los gobiernos locales y regionales, así como de los demás componentes del sector público para nuevas inversiones. Se ha creado un “segundo SNIP” a cargo de Minsa. Parece lógica la concertación y la llamada licencia social para construir nuevas inversiones hospitalarias. Pero no lo es. Existe una enorme brecha entre la norma y la realidad.
Los gobiernos regionales y locales han perdido la capacidad de generar iniciativas de inversión fiscal, asociaciones público-privadas u obras por impuestos. Imagínese la burocracia que deben recorrer para que la iniciativa sea viable. Peor aún, se ha centralizado en la unidad ejecutora presupuestal del Minsa la facultad de formular y ejecutar proyectos de inversión a nivel nacional, claro, a solicitud de los pliegos interesados. ¡Centralismo puro!
Ligado a esta maraña burocrática creada por el gobierno humalista, está la falta de saneamiento físico y legal de los terrenos donde se realizarán las inversiones sanitarias. El título de propiedad es requisito para la inversión. En conclusión, no hay inversión.
Por ejemplo, instituciones como Essalud o la Sanidad de la Policía tendrían que comportarse como mendigos frente al Minsa para que les autoricen la construcción de nueva infraestructura hospitalaria, a pesar de que cuentan con el expediente técnico concluido y el dinero para hacerlo. Además, deben esperar 4 largos meses para que la Comisión Multisectorial de Inversión de salud se reúna y ponga en agenda la solicitud de esos pliegos. ¡Increíble!
Nueve meses después de los anuncios del ministro de Salud de dar un impulso millonario a nuevas inversiones que permitan acortar la brecha de necesidades sanitarias de la población, se ha hecho poco. Nada importante. Peor aún, el premier Pedro Cateriano, en la presentación ante el Congreso en que expuso y se debatió la política general del gobierno y las principales medidas que requería su gestión y por las que obtuvo el voto de confianza, incluyó la meta de 8,400 millones de soles en inversiones. Sin embargo, esa meta se aleja cada día más. También planteó la necesidad de fortalecer y optimizar los procedimientos de los ministerios para agilizar la inversión pública y privada en los tres niveles de gobierno. El tiempo ha demostrado que hay una brecha entre el dicho y el hecho.
La llamada reforma de salud ha trabado y complicado las inversiones de infraestructura hospitalaria. Es necesario derogar el DL 1157 y optimizar las inversiones. Autorizar por excepción que las inversiones fluyan, sin el requisito del título de propiedad, con cargo a regularización paralela o posterior. Así se ha hecho en el pasado. Hay 8,400 millones en cartera y enormes necesidades de la gente. La burocracia y la inoperancia deben cesar.
Herberth Cuba García