La problemática de un servicio tan esencial recibió un trato pobre
El presidente Ollanta Humala ha dirigido su último mensaje a la Nación de 28 de julio. Este debe contener una exposición detallada de la situación de la República y las mejoras que el presidente juzgue necesarias y convenientes para la consideración del Congreso. Este es el mandato constitucional.
Ha empezado el mensaje con el equivocado slogan de su campaña política del 2011: incluir para crecer. No parece lógico incluir primero para luego crecer, porque sin crecimiento no hay inclusión. Esta incoherencia en la conducción del Estado se ha traducido en una caída drástica del crecimiento económico, devaluación monetaria y pérdida adquisitiva de los ciudadanos. Además, sirve como justificación para la hipertrofia de los llamados programas sociales.
Existe un círculo virtuoso entre el crecimiento económico y el desarrollo social. No se puede brindar más salud sino hay crecimiento económico. Cuando la crisis económica asola, el sistema de salud es el primero en perjudicarse. Por ejemplo, Essalud, ha perdido fondos por casi 800 millones este año, producto de las exoneraciones de los aportes a las gratificaciones y los aguinaldos. Es decir, se ha afectado las nuevas inversiones de Essalud y la calidad de atención de miles de pacientes .
La salud en el mensaje ha recibido un trato pobre. No se ha señalado lineamiento político alguno. No ha planteado la situación dramática por la que atraviesa la salud en nuestro país, las epidemias, como el dengue y otras, la caída de los indicadores sanitarios, la atención de las emergencias, la desarticulación del gobierno nacional con los gobiernos regionales y locales en salud, la pérdida de rectoría de Ministerio de Salud, el desabastecimiento de medicamentos y tantos otros temas sumamente importantes.
La población sufre por falta de salud y el presidente no le ha presentado al Congreso su mirada estratégica que motive un trabajo conjunto con el legislativo. Hay más de una decena de proyectos que se encuentran en la agenda del Pleno, desde el 2012. Por ejemplo, la Ley del Sistema Nacional de Salud, que permitiría fortalecer la rectoría del Minsa y eliminar la fragmentación y segmentación, con enfoque de derechos, de género e interculturalidad, para lograr la seguridad social universal en salud. Una norma de esa magnitud necesita el impulso del ejecutivo porque le aporta una visión estratégica y de largo plazo a la salud de nuestro país.
Ha pasado revista a algunos aspectos puntuales como la salud escolar, el despistaje y la vacunación. Sin embargo, ha olvidado señalar que esto siempre se ha realizado y que es precisamente en este gobierno cuando las coberturas de vacunación han caído. Existe también, desde el 2012, en la agenda del Pleno del Congreso de la República el proyecto de ley de vacunas, cuyo enfoque integral y técnico permitiría convertirla en una política de estado, darle soporte técnico con el respeto de los derechos y la participación los ciudadanos.
Luego de la promesa de un hospital en cada provincia, ahora ha planteado la culminación para el 2016 de 170 establecimientos estratégicos. Es decir, los pocos serán hospitales, otros serán centros de salud y postas. Pocos serán nuevos y otros repotenciados. Sin embargo, la realidad es que la inversión en salud pública y privada ha sido escasa. Peor aún, la tramitología creada por la llamada reforma de salud ha frenado esas inversiones.
El SAMU (el sistema de urgencias médicas) ha sido planteado sólo como ambulancias que circulan por las calles con hermosos logos. La realidad es otra. Las emergencias hospitalarias son incapaces de responder porque han sido desbordadas por la demanda. La prensa ha puesto en evidencia en reiteradas oportunidad el sufrimiento y reclamo de las víctimas.
Finalmente el análisis del mensaje arroja un claro incumplimiento del mandato constitucional porque el Congreso de la Republica no ha recibido los lineamientos de gobierno claros y necesarios sobre todo ahora tiene que la conducción del congreso es ajena al partido de gobierno. Ha periodo el espacio natural para buscar consensos que aseguran la gobernabilidad para lo que le resta de gobierno.
El presidente del Congreso ha expresado públicamente su buena relación con el Primer Ministro. Esperamos que esta sirva para corregir y crear la mirada estratégica que nuestro país necesita. Hay que recordar que donde no hay cabeza, pobres pies¨.
Por Herberth Cuba García