Se ha dejado de lado al Sistema Nacional de Salud
A 25 días del primer caso de Covid-19, el gobierno ha creado el Comando de Operaciones para “implementar, ejecutar, controlar y evaluar el proceso de atención a nivel nacional de los casos de Covid-19”, dependiente del Ministerio de Salud (RM 155-2020-MINSA). El 12 de marzo, a seis días del primer caso de Covid-19, se creó la “Comisión Multisectorial de Alto Nivel que conduzca las labores de coordinación y articulación orientadas a la prevención, protección y control del Covid-19”, dependiente de la Presidencia del Consejo de Ministros (RM 083-2020-PCM). La prensa ha celebrado, en ambos casos, con grandes titulares.
La esperanza ante la pandemia es que ambas “comisiones” tengan buenos resultados. Sin embargo, la congruencia entre ambas parece no haberse meditado. Tampoco la pertinencia en el tiempo porque, como es lógico, apenas ocurrió el primer caso debió haberse creado “un comando”, porque esa es la forma de enfrentar a las epidemias. La resolución que crea el “Comando de operaciones”, no alude a la Comisión Multisectorial; parece que busca unificar solo las funciones operativas (implementar, ejecutar, controlar y evaluar el proceso de atención), con prescindencia de las decisiones políticas y de planificación estratégica, aunque la enumeración de sus funciones sobrepase esas limitaciones.
Un segundo aspecto, es que la forma en que funcionaría el Comando rompe la unidad y la cadena de mando, esenciales en una pandemia. No parece posible, por ejemplo, que el gerente de operaciones de EsSalud, exministro Oscar Ugarte, asuma acuerdos y acciones a nombre de EsSalud, al margen de la presidente Ejecutiva. Esa anomalía se reiterará en cada una de las instituciones que acreditan representantes en el Comando. Es natural que las decisiones que se tendrían que tomar sean autorizadas por cada una de las máximas autoridades de las instituciones.
El riesgo es que, al margen de la legislación vigente y contrario al sentido común, el Comando de Operaciones reemplace las funciones de provisión de servicios de cada una de las instituciones, una especie de Instituto de Gestión de Servicios de Salud (IGSS), de triste recordación en el Minsa. No parece raro, en ese contexto, la presencia del exministro Oscar Ugarte, por su antecedente como impulsor de esa desactivada burocracia prestacional. Además, el dinero y los recursos que utilizará el Comando de Operaciones continuarán a cargo de cada una de las instituciones integrantes. Es decir, la negociación para el manejo económico será ardua. Las decisiones implicarán gastos directos e indirectos, que afectará a las instituciones que forman parte del Comando.
Es necesario recordar el Decreto de Urgencia 006-2017, durante la emergencia del norte del país, que articuló “la prestación de servicios de salud de manera conjunta entre las instituciones públicas pertenecientes a las redes del Minsa, de los gobiernos regionales, de EsSalud, de las Sanidades de las Fuerzas Armadas y de la Policía Nacional del Perú”, con gran impacto. Como era obvio, el liderazgo recayó en el Minsa. Sin embargo, las controversias posteriores por los reembolsos fueron tediosas y prolongadas. El Comando de Operaciones deberá sortear una serie de obstáculos políticos, normativos, financieros y burocráticos, para desempeñar sus funciones. Cualquier similitud con la Comisión Multisectorial de la PCM, no sería coincidencia.
Sin embargo, las herramientas normativas, organizativas y ejecutoras vigentes para luchar contra la epidemia son poderosas y guardan coherencia con el flujo de los dineros públicos. La Ley N° 27813 modificada con el DL 1239, del Sistema Nacional de Salud, cuyo Consejo Nacional de Salud esta constituido por los diversos sectores que realizan acciones de salud y a través de sus más altos representantes: Minsa, Viceministerio de Saneamiento del Ministerio de Vivienda Construcción y Saneamiento, EsSalud, Asociación de Municipalidades del Perú (AMPE), Sanidades de las Fuerzas Armadas y Policía Nacional, Instituto Nacional Penitenciario (INPE), Servicios de salud del sector privado, Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria (SUNEDU), Colegio Médico del Perú, trabajadores del sector y organizaciones sociales de la comunidad.
Además, al amparo de la Ley Orgánica del Poder Ejecutivo 29158 (LOPE) según el artículo 44, “los sistemas están a cargo de un Ente Rector que se constituye en su autoridad técnico-normativa a nivel nacional; dicta las normas y establece los procedimientos relacionados con su ámbito; coordina su operación técnica y es responsable de su correcto funcionamiento”. Es decir, el ministro de Salud preside el Consejo Nacional de Salud y el Sistema Nacional de Salud. Además, la Ley N° 30895 señala que el Minsa ejerce la función rectora de todo el sistema de Salud y le otorga potestad sancionadora y, en modo explícito, señala con nombre propio a las instituciones bajo alcance de su rectoría. Sin embargo, las resoluciones ministeriales, que crean la Comisión Multisectorial de la PCM y al Comando Operativo del Minsa, han dejado de lado al Sistema Nacional de Salud y han convocado sólo a una parte de los miembros del Consejo Nacional de Salud.
A pesar de haber transcurrido 25 días y contar con 1,414 casos, 55 muertos y 51 pacientes en unidades de cuidados intensivos, es imprescindible poner en funciones al Consejo Nacional de Salud para aprovechar todo el potencial nacional y la participación social. ¡Nunca es tarde!
Por Herberth Cuba