Sobre las propuesta de los candidatos presidenciales
Luego de la fallida y equivocada implementación de la llamada reforma de salud del gobierno de Ollanta Humala, que generó la caída de los indicadores sanitarios y un retroceso a los niveles de los años 90, las diversas fuerzas políticas, gremiales y sindicales nos reunimos en el Foro del Acuerdo Nacional con el objetivo claro de enjuiciar el mal desempeño sanitario y encontrar soluciones consensuadas que enmienden el rumbo y corrijan los errores.
El Ministerio de Salud (MINSA) participó en el debate e hizo cuestión de estado en muchas políticas, que luego del intercambio de ideas tuvo que ir aceptando para no quedarse sólo. Además, rechazó de plano y eso sí logró, en modo lamentable, que no se asigne el 6% del PBI como presupuesto a la salud, es decir, la dejó sin financiamiento suficiente.
El Consejo Nacional de Salud, es la instancia coordinadora, articuladora y consultora del MINSA. Presidido por el ministro de Salud, está integrado por actores de sectores ajenos al MINSA, que le permiten evaluar desde diversas perspectivas la situación de salud del país. En paralelo a las reuniones del Foro Acuerdo Nacional, sometimos a dura crítica y propusimos proyectos de reglamento y leyes que se aprobaron para corregir la mala reforma de salud, sin embargo son normas que hasta hoy no se han promulgado.
El hecho político fundamental es que el “núcleo impulsor” de la mal llamada reforma de salud, trazó y ejecutó una tarea financiada para realizar incidencia política y convencer a todos los partidos políticos, a favor de la mala reforma que ellos impulsaron y a la defensa cerrada del llamado “paquete” de los 23 decretos legislativos. La aplicación del “paquete legislativo” está paralizado y lo poco que se ha ejecutado, ha significado retroceso de derechos de los pacientes, escasez de fármacos, colas y desabastecimiento de insumos, mayor burocracia y el incremento de las epidemias.
Por ejemplo, es elocuente la negativa del MEF a transferir fondos a los servicios de atención primaria para el pago por cumplimiento de metas, porque éstas no se han cumplido. Estos establecimientos han llegado sólo al 10% de su meta anual. Es decir, los servidores de salud se han perjudicado al no recibir su sueldo adicional por cumplimiento de metas, pero el impacto más grave lo recibió la población.
El “núcleo impulsor” buscó desmerecer al Foro del Acuerdo Nacional y desconocer los acuerdos del Consejo Nacional de Salud. El objetivo ha sido vetar candidatos, elaborar planes de gobierno por encargo o consultorías y ofrecer cuadros técnicos a todos los partidos políticos, para asegurarse en el futuro gobierno.
Ahora estamos frente a una paradoja. Todos los líderes de los partidos en la contienda electoral critican con justa razón el mal estado de salud de los peruanos. Sin embargo, la solución que proponen es seguir haciendo lo mismo y con los mismos actores. Uno de los candidatos, incluso señaló, que ratificaría al actual ministro de salud.
La gran tarea del debate y consenso del Foro del Acuerdo Nacional no ha servido de nada. Los conceptos de seguridad social universal en salud han pasado al olvido. Hoy se resaltan las bondades del SIS sin mencionar las exclusiones, las colas y el desabastecimiento. El SIS debe convertirse en un verdadero sistema de seguridad social. Los servicios de salud de las Fuerzas Armadas y Policiales han retrocedido y los militares, policías y sus familias han perdido derechos. Es increíble, cuánto maltrato ha realizado un ex militar a sus propios servicios castrenses.
Llama la atención las fotos de los candidatos que se muestran sonrientes junto a personajes antípodas en la lucha por el derecho a la salud. Luchadores y promotores por las minorías de género, al lado de fundamentalistas religiosos, enemigos de los métodos de planificación familiar y médicos con dudosa reputación en gestiones privadas y públicas. El “sancochado” con tal de llegar al gobierno. El derecho a la salud, sólo les sirve de pretexto.