El presidente Castillo ha anunciado logros inexistentes en el sector
El 4 de julio del 2022 el presidente de la República participó en la ceremonia “Perú del Bicentenario: país asegurado en salud”. En la ceremonia, según el diario El Peruano, el presidente “anunció a todo el país, que actualmente tenemos más de 33 millones de peruanos en el territorio nacional que cuentan al menos con un seguro de salud para atenderse en cualquier establecimiento de salud público o privado”. Además señaló que en lo que va de su gestión “se ha afiliado al aseguramiento universal en salud un total de 523,936 personas residentes en el país… y que un 70% de ellos están afiliados al Seguro Integral de Salud y un 25% corresponden a EsSalud y un 2% están asegurados en las Fuerzas Armadas y un 3% en las Entidades Prestadoras de Salud (EPS)”.
El presidente también remarcó “que se ha invertido un presupuesto de más de S/ 500 millones para garantizar la política de aseguramiento universal en salud, principalmente para la cobertura del Seguro Integral de Salud (SIS)… para darle continuidad mediante el Plan Esencial de Aseguramiento (PEAS) y el Plan Complementario en salud, para aquellos residentes en Perú, que no cuenten con ningún seguro, independiente de su condición socioeconómica”. Además, resaltó que “una de las preocupaciones permanentes de su gestión ha sido darles la posibilidad a los peruanos de que tengan una cobertura de salud pública de calidad. Hoy podemos decir que lo hemos logrado”.
Las mismas expresiones, salvo algunos detalles, han sido reiteradas por los últimos presidentes de la República en momentos en que las quejas contra los servicios de salud, durante sus respectivas gestiones, fueron reiteradas. También podrían haber declarado que todos los peruanos y los extranjeros, residentes o no, tienen asegurada su atención de salud porque así lo indica la Constitución Política. En ese sentido, nada cambi, que se les otorgue una póliza o un documento que acredite esa facultad, ya sea bajo el mecanismo del Plan Esencial o del Complementario, o incluso del de Alto Costo, si es que no se resuelve la falta de oferta de servicios de salud para que se cumpla ese derecho.
De nada sirve que los ciudadanos lleven consigo una “póliza” si es que no hay suficientes médicos ni suficientes establecimientos de salud, ya sean estos públicos, privados o mixtos. Hay proyectos de infraestructura paralizados, trabas burocráticas que impiden la inversión, así como corrupción e ineptitud. A estas alturas parece que el gobierno ha encontrado una modalidad desgastada de presentar logros, incluso blandiendo cifras, pero que no reflejan la realidad.
Otro aspecto que ha señalado es que se han afiliado al aseguramiento universal en salud un total de 523,936 personas residentes en el país. Valga la aclaración anterior, al señalar que el simple hecho de tener una póliza, de por sí, no garantiza el acceso a los servicios de salud. Primero, porque hay escasez de oferta. Segundo, porque esas pólizas solo cubren las prestaciones de salud y no las prestaciones económicas y sociales, que son el medio para lograr el acceso a los servicios de salud.
Tercero, porque las pólizas estratifican a las personas en función de la “cobertura” o listado de daños a que tienen derecho, desde las simples y comunes, incluidas en el Plan Esencial, a los menos frecuentes y un poco más caros, en el Plan Complementario, y a los daños “caros” en el Plan de Alto Costo. Esta estratificación es regresiva porque limita el acceso a los servicios de salud en función del Plan de “cobertura”, sin tomar en cuenta, los derechos constitucionales de los ciudadanos.
Cuarto, aún no se ha logrado que todos los habitantes del Perú, tengan su Documento de Identidad (DNI), sin embargo es requisito para afiliarse al Seguro Integral de Salud. Por tanto, ha sido necesario que el gobierno promueva una amplia colaboración, incluidas las transferencias económicas, entre el SIS y el Registro Nacional de Identificación y Estado Civil (Reniec) para lograr esa “ansiada afiliación al SIS” que quizá el ciudadano nunca utilice, porque la mayoría de las veces son poblaciones nativas u originarias, altoandinas o comunidades dispersas, en las que casi no existen establecimientos de salud.
Peor aún, es que, las pólizas de afiliación carecen de prestaciones económicas para desplazarse, alimentarse o alojarse, así como de prestaciones sociales necesarias, entre otros aspectos, para cubrir las necesidades de cuidados de los familiares mientras se desplazan o se encuentran bajo atención médica o sanitaria.
Por otro lado, el presidente, ha confundido las cifras de los tipos de seguros y ha excluido a otros. Por un lado, ha sumado a la cifra total de asegurados a los afiliados a las Entidades Prestadoras de Salud (EPS), que como se sabe es un seguro privado de capa simple para los afiliados regulares de EsSalud, por tanto, ya se encuentran en las cifras de EsSalud. Además ha olvidado incluir al Seguro de la Policía Nacional, constituido por SaludPol y la Sanidad Policial, con el rol complementario de los servicios de salud privados.
Asimismo, ha dejado de lado a las empresas de seguros médicos privadas. También ha cometido el error de sumar a los afiliados al SIS, que solo es un fondo de ayuda a la pobreza, como si fuera un verdadero seguro social. Un aspecto crucial para la salud pública, que el gobierno no ha percibido, es la falta de inclusión de los extranjeros “indocumentados” que radican en el Perú, pero que adolecen de enfermedades infectocontagiosas severas (tuberculosis, VIH, entre otras). Aparte de que es inhumano que el gobierno los excluya, también son una fuente de contagios. Parece increíble que no perciba este serio problema de salud pública. El gobierno debe comprender que es necesario avanzar hacia la Seguridad Social Universal. ¡Cuidado, no se engañen, no hay ningún logro!