Creado por la presidenta del Congreso, Luz Salgado
La tuberculosis es un azote crónico para los peruanos. Según el Ministerio de Salud (Minsa), con datos referidos solo al 2016, en nuestro país hay 30,988 pacientes, y de estos 27,299 son casos nuevos, 16,927 casos son de tuberculosis pulmonar y, lo más grave, hay 1,366 casos resistentes a medicamentos y 103 casos extremadamente resistentes. El 59% de los casos de tuberculosis, el 70% de los casos resistentes a medicamentos y el 73% de los extremadamente resistentes se encuentran en Lima y Callao. Hay que recordar que nuestro país tiene 31.15 millones de habitantes. Además, son afectadas las regiones de Madre de Dios, Ucayali, Loreto, Tacna, Ica, Moquegua, La Libertad, Lambayeque, Junín y Arequipa. Nuestros indicadores son tan malos que estamos penúltimos en el continente americano, solo por encima de Haití.
En septiembre de 2015, en el marco de la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible de la Naciones Unidas, 193 líderes aprobaron los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), dentro de los cuales el tercer punto se refiere a los objetivos en salud. La Organización Mundial de la Salud (OMS-OPS) ha emitido directivas para el cumplimiento de estos nuevos objetivos y metas. Ha implementado para el caso de la tuberculosis, por ejemplo, una nueva estrategia conocida como: “Fin de la tuberculosis”. Los malos indicadores que hemos recibido del gobierno humalista, nos obliga a emprender una cruzada nacional que involucre no solo al Minsa, sino a los demás ministerios y a los gobiernos regionales y locales.
El Minsa es el ente rector de todo el Sistema Nacional de Salud. Y mientras este no se fortalezca, es difícil que los demás ministerios hagan caso a su llamado; por eso, es imprescindible la participación del Congreso de la República. Por ejemplo, es complicado que el Minsa le exija al Ministerio de Justicia que cumpla con sus compromisos para erradicar la tuberculosis en las cárceles, porque tienen la misma jerarquía. Lo mismo ocurre con los once ministerios involucrados en la lucha contra la tuberculosis, además de los gobiernos regionales y locales, y la sociedad civil.
No debería ser necesario que exista una ley para una enfermedad. Sin embargo, dadas las circunstancias y la realidad política de nuestro país, la congresista Luz Salgado, hoy presidente del Congreso, fue autora de la Ley 30287, publicada en diciembre del 2014, con la finalidad de tener un marco legal que permita a todos los sectores involucrados trabajar en modo articulado y coordinado para erradicar el flagelo de la tuberculosis. Es decir, tenemos una ley con su reglamento (DS 021-2016). ¡El reto es hacer que el gobierno cumpla!
El Minsa, para poner fin a la tuberculosis, tiene la necesidad de analizar la situación de prevención y control, discutir los avances y retos, además de compartir experiencias que contribuyan al cumplimiento de metas establecidas, concordantes con los ODS. Sin embargo, necesita tomar el pulso de los demás sectores (ministerios), de los gobiernos regionales y locales, y de la sociedad civil; y eso significa recabar la información de los actores involucrados, cosa que para el Minsa es difícil y laboriosa. Sin embargo el Congreso, al amparo de sus facultades, sí tiene la capacidad para solicitar la información requerida y además fiscalizar el cumplimiento del Plan Estratégico Multisectorial suscrito por ellos.
Esa es la importancia de la creación del Frente Parlamentario contra la Tuberculosis, ocurrido el 30 de enero del 2017, por acuerdo de la Mesa Directiva a iniciativa, otra vez, de la presidenta del Congreso, Luz Salgado. Y este hecho es la demostración de cómo se plasma el principio de colaboración entre los poderes públicos. El Frente Parlamentario contra la Tuberculosis se constituye en un grupo especializado, fiscalizador y articulador de los sectores involucrados en la lucha contra la tuberculosis, con la capacidad para fiscalizar la asignación y calidad del gasto, incluyendo la Ley de Presupuesto.
Este frente tendrá además la función de normar y fiscalizar la eliminación de barreras de acceso a los programas sociales de los pacientes con tuberculosis, y promover que el Ejecutivo apruebe un plan de incentivos mínimos en los tres niveles de gobierno (nacional, regional y local) para mejorar así, la equidad y la inclusión de las personas afectadas en los programas sociales existentes. Puede contribuir también en la revisión del Plan estratégico Multisectorial para la prevención de la tuberculosis y fiscalizar, entre otras funciones.
En el 2006 Inglaterra constituyó el All-Party Parliamentary Group on Global Tuberculosis; luego, en el 2015, la Declaración de Barcelona; y en marzo de 2016 lanzó el Frente Parlamentario de las Américas. Esta tendencia mundial se vió reflejada en la instalación del Frente Parlamentario Peruano contra la Tuberculosis, el 17 de febrero del 2017. El viernes 24 de febrero de 2017 es su primer acto público, con el evento “El Perú unido contra la tuberculosis”, en el Congreso de la República. ¡Es una buena noticia!
Herberth Cuba García