Incremento de casos de Covid en varios regiones del país
El 10 de noviembre del 2022, el Centro Nacional de Epidemiología, Prevención y Control de Enfermedades (CDC-Perú) ha emitido la Alerta Epidemiológica AE 025-2022, que confirma “el incremento de casos Covid-19 en diferentes regiones del país, con la finalidad de fortalecer la vigilancia epidemiológica e intensificar las medidas de prevención y control”. Entre las semanas epidemiológicas 42 (del 16 al 22 de octubre) y 43 (del 23 al 29 de octubre) se apreció un ligero incremento de los casos en los departamentos de Loreto, Arequipa, Cusco, Áncash e Ica, y también en Callao y Lima Metropolitana. Sin embargo, “las tasas de defunciones se mantuvieron en descenso, igual que las hospitalizaciones; con excepción de la región Moquegua, que ha reportado un incremento.
Además la AE 025-2022 señala “que la variante que circula en el país es la ómicron, y los linajes detectados en 17956 muestras han sido, BA.4 (2,192 casos) y BA.5 y sus descendientes (6,680 casos)”. Agrega también que existe “una cobertura de vacunación de la primera dosis del 93.89%, de la segunda con 90.12%, la tercera con 73.16% y la cuarta dosis con solo 22.18%”. Asimismo ha emitido siete recomendaciones. La primera es el “fortalecimiento de la investigación y la vigilancia epidemiológica, mediante la captación temprana de casos sospechosos y el seguimiento del contacto, toma y envío de muestras”.
La segunda, es el cumplimiento de la notificación de los casos. La tercera es la detección oportuna de los brotes en población cautiva, como albergues, colegios, cárceles, etc. La cuarta es la caracterización de los casos de Covid-19 teniendo en cuenta su georreferenciación. La quinta es la adecuación de los servicios de salud, para garantizar la atención hospitalaria, según nivel de complejidad. La sexta es “la intensificación de los esfuerzos de vacunación, principalmente en adultos mayores y personas con comorbilidades, con la tercera y cuarta dosis, según calendario de vacunación”. La séptima y última recomendación es el fortalecimiento de la “comunicación de riesgo para la población, sobre las medidas preventivas, tales como el uso de mascarilla ante síntomas respiratorios, uso de respiradores en personas vulnerables, lavados de manos, así como, ventilación adecuada de los ambientes”.
Como se puede apreciar, la AE 025-2022 es genérica y con referencias a cifras acumulativas desde el inicio de la pandemia, sin ahondar ni contrastar con las cifras de las últimas semanas que justifiquen la alerta. No ensaya explicación alguna de la causa del incremento de los casos de Covid-19. Sin explicaciones causales es imposible contrastar la coherencia de la descripción de la situación y el estado de la pandemia; con mayor razón, de los pronósticos y de la implementación de medidas adecuadas de intervención. En ese sentido, las recomendaciones de la AE 025-2022 no se encuentran sustentadas en el método científico ni en la evidencia científica.
Las primeras cuatro recomendaciones están englobadas en la primera, “el fortalecimiento de la investigación y de la vigilancia epidemiológica”. Y a estas alturas de la pandemia, es de sentido común porque estas actividades ya se realizan a nivel nacional. Salvo que el CDC-Perú haya comprobado qué se han abandonado o que se realizan en modo defectuoso; por tanto, estaría en la obligación de ofrecer una explicación justificadora, que no ha hecho. También debería especificar las correcciones adicionales necesarias, pero no lo ha hecho.
La quinta recomendación demuestra que existe una brecha entre las lecciones aprendidas en la pandemia y la representación de la realidad que tienen los actuales gestores del CDC-Perú y del Minsa. Al recomendar “la adecuación de los servicios de salud, para garantizar la atención hospitalaria, según nivel de complejidad”, evidencian, si se toma en el mejor sentido, un error de redacción en la clasificación por complejidad de los establecimientos de salud, porque quizá han querido escribir “la adecuación de los servicios de salud, según nivel de complejidad, para garantizar la atención hospitalaria”. Aunque de todos modos continuaría el sesgo hospitalario de la lucha contra la pandemia. Pero, si se considera literal, tal cual está escrito, implica que la adecuación solo estaría enfocada en los niveles hospitalarios (II y III), dejándose de lado a los puestos y centros de salud que son los ocho mil establecimientos del Primer Nivel de Atención distribuidos en todo el territorio nacional.
También se ha omitido a la vigilancia sanitaria, que es útil para conocer la capacidad de respuesta del Sistema Nacional de Salud que, con la información recabada por la vigilancia epidemiológica, permitiría conocer no solo el estado y la situación de los casos de Covid-19, sino también la capacidad de respuesta sanitaria y los aspectos y lugares que requieren un mayor reforzamiento para enfrentar la pandemia.
En cuanto, a la sexta recomendación, solo responde a la necesidad de incrementar las bajas coberturas de vacunación. Sin embargo, al poner énfasis solo en los adultos mayores o en las personas con comorbilidades (personas con otras enfermedades concomitantes) deviene incoherente con las evidencias científicas porque existe la necesidad de lograr la protección de toda la población para que el efecto protector sea eficaz. En ese contexto, es necesario tomar en cuenta los lotes vencidos y por vencerse en noviembre del 2022 también el incremento del porcentaje de las mermas o pérdidas, que muchas veces parece que son evitables e inducidas en la cotidianidad por los gestores, con la frase, “vacunen a una persona y descarten el frasco con las dosis sobrantes”. Se debe evitar el uso inadecuado del término “sobrestock”, sobre todo si aún las coberturas de vacunación son bajas.
La séptima recomendación es incoherente con los fines de la Alerta. Plantea el uso de la mascarilla solo ante síntomas respiratorios, sin tomar en cuenta a los medios de transporte, a los ambientes cerrados y a las aglomeraciones, que es como está acostumbrada la población. Cuánto daño ha causado el Decreto Legislativo 1504 y la improvisación en los cambios de los funcionarios del Minsa. ¡Urge reconstruir el CDC-Perú!