Las complejidades del cambio de un modelo burocrático
Luego de las alusiones al primer nivel de atención de salud —en la presentación del gabinete Aráoz en el Congreso de la República y del ministro de Salud ante la Comisión de Presupuesto— es necesario pasar revista a lo que se ha hecho desde el inicio del Gobierno del presidente PPK. Como sabemos, el primer nivel de atención de salud son los establecimientos conocidos como postas y centros de salud, cercanos a la gente, que resuelven más del 80% de los problemas en el marco del sistema nacional de servicios de salud.
La última reforma del primer nivel de atención se realizó el año 1985. Las postas y centros de salud, las microrredes, redes y Disas, basan su organización en los lineamientos de política de esa época. La llamada reforma de salud humalista confundió los conceptos de Atención Primaria de Salud con primer nivel de atención de salud, promulgó un Decreto Legislativo inaplicable (D. L. N° 1166) y creó más burocracia —por ejemplo, a través del Instituto de Gestión de Servicios de Salud (IGSS)—, construyó algunos establecimientos y contrató más personal.
Luego de 31 años, el Gobierno de PPK, en colaboración con el Congreso de la República empezaron la transformación del primer nivel de atención de salud. Frente a los altos niveles de burocracia que desde el nivel central del Ministerio de Salud (Minsa) hasta los establecimientos del primer nivel de atención eran el IGSS, Disas, redes y microrredes se promulgó la Ley N° 30526, de diciembre del 2016, que desactivó el IGSS; se hizo lo mismo, con las Disas, redes y microrredes. Es decir que hoy, según el Reglamento de Organización y Funciones del Minsa, solo hay tres niveles: Minsa, Diris (Direcciones de Redes Integradas de Salud) y establecimientos de salud del primer nivel de atención (postas y centros de salud). Además, la idea no es que las nuevas Diris se conviertan en las viejas Disas, sino que cumplan funciones solo de monitoreo y soporte administrativo de los establecimientos de salud del primer nivel de atención, con poca burocracia.
El fortalecimiento del primer nivel de atención significa que las postas y centros de salud resuelvan los problemas del ciudadano a nivel local, en su distrito, en su territorio. Es decir, deben tener una cartera de actividades o atenciones de salud que involucre prestaciones recuperativas, cuidados paliativos y de rehabilitación, intervenciones preventivas y promocionales en prioridades sanitarias, actividades de información y vigilancia, promoción de la salud y participación de la comunidad, laboratorio en salud pública, salud ambiental e inocuidad alimentaria, actividades sobre productos farmacéuticos, productos sanitarios y dispositivos médicos, emergencias y desastres, docencia e investigación, fiscalización sanitaria y coordinación intersectorial y social (Atención Primaria de Salud).
Las actividades que eran realizadas por las Disas, redes y microrredes son transferidas a los establecimientos de salud I-4 (centros de urgencias y emergencias de 24 horas, conocidos como maternos infantiles). La excepción, son las actividades de autorización y sanción que estarán a cargo de las Diris. Por ejemplo, si una persona fallece en Chosica y la familia desea sepultarla en Huancayo, esta tiene que desplazarse hasta el distrito de Barranco, (donde se ubica la Disa Sur), para obtener el permiso de traslado del cadáver. Además si por mala suerte se trata de un viernes en la tarde o sábado, hay que esperar hasta el lunes. ¿Por qué maltratar tanto al ciudadano? La transformación implica ahora que el ciudadano tendrá en Chosica un establecimiento que lo atenderá las 24 horas del día en su requerimiento. Este ejemplo es una de las múltiples acciones de salud pública que estaban, en modo equivocado, centralizadas en las Disas.
El proceso de fortalecimiento del primer nivel de atención se ha llevado a cabo durante el año 2017 y sin despidos. Los profesionales calificados de las Disas que han sido transferidos a los establecimientos del primer nivel de atención realizarán las mismas funciones de salud pública y, como es natural, cobrarán las mismas remuneraciones con sus bonificaciones. El proceso ha significado una enorme negociación con los gremios. Sin embargo, siempre es posible que ex funcionarios presionen para que nada cambie y seguir con la burocracia heredada en los niveles intermedios; que pretenden convertir a las nuevas Diris en las desactivadas Disas y que no comprenden que el centro de la transformación y fortalecimiento del primer nivel de atención es el ciudadano.
Cambiar un modelo burocrático y de espaldas al ciudadano es un proceso complejo, requiere apoyo político y colaboración estrecha entre el poder Ejecutivo y el Legislativo. ¡El reto es grande!
Herberth Cuba García