Con críticas superficiales e infundadas
La repercusión del mensaje al Congreso de la premier Aráoz se ha plasmado en diversos comentarios sobre la forma como se ha conducido y se conducirá el gobierno en materia sanitaria. La crítica que más ha llamado la atención ha sido la proferida por funcionarios del lustro pasado. Por ejemplo, “las novedades y anuncios (de la premier Aráoz), fueron repetitivos, desordenados y poco creíbles”; o que “en materia de salud pareciera que se ha hablado solo para el público desinformado”. Duros epítetos, en momentos en que el Gobierno mantiene puentes con el Gobierno pasado, incluso a costa de las críticas de la oposición.
La tuberculosis es en nuestro país un gran problema de salud pública y representa un drama social. La herencia del Gobierno de Humala no ha sido buena. La crítica a la próxima inauguración de una sala quirúrgica exclusiva en el nuevo hospital de Villa El Salvador es infundada. Además, es innecesario el sarcasmo que contiene la siguiente frase: “Se ha anunciado con bombos y platillos la creación de una sala quirúrgica para tuberculosis en Villa El Salvador. Aquí la premier olvida que ya existen tres de estas salas y hay una que quedó pendiente de concluirse”. Es necesario recordar que la colaboración entre la sociedad civil, los pacientes, el Frente Parlamentario contra la Tuberculosis y el Ministerio de Salud (Minsa) hicieron realidad esa sala quirúrgica. Tanto esfuerzo no merece un sarcasmo de esa naturaleza.
Otro aspecto criticado es el intercambio prestacional, que ha sido expresado por la premier en los términos siguientes: “Posibilitaremos el intercambio prestacional entre todas las entidades del Estado que dan servicios de salud. Esto favorece al paciente y mejora la calidad de los servicios y su acceso al sistema de salud. Con esta medida un paciente podrá atenderse en cualquier centro de salud, y será el Estado quien se encargue de los trámites de compensación”.
La crítica superficial e infundada señala: “Ha anunciado reflotar el (inter)cambio prestacional entre entidades de salud; por ejemplo, entre el SIS y Essalud. Se ha dicho esto sin tomar en cuenta que ambos sistemas han rebasado su capacidad. Entonces ¿cómo van a apoyarse mutuamente?”. La pregunta final en realidad es una conclusión. Es decir, no es posible implementar el planteamiento del Gobierno. Se ha promulgado en diciembre del 2016, el Decreto Legislativo N° 1302 y se encuentra en pleno proceso su reglamentación. Essalud requiere comprar prestaciones de salud del primer nivel de atención, porque no posee establecimientos propios a nivel nacional y el Minsa necesita prestaciones hospitalarias que Essalud puede brindar. El mismo razonamiento es válido para las Fuerzas Armadas y Policiales, y los gobiernos regionales. En realidad, la propuesta gubernamental busca la articulación, complementariedad y ayuda mutua entre las diversas instituciones públicas involucradas en salud. Y, lo más importante, con respeto irrestricto de los derechos del ciudadano.
Se ha criticado, además, la declaratoria de emergencia de 18 hospitales en Lima Metropolitana. “Ha dicho (la premier) que va a declarar en emergencia 18 hospitales de Lima, pero estos ya estuvieron en emergencia el año pasado y no se hizo nada”. La frase contiene una comparación manipuladora. No es verdad que los hospitales fueron declarados en emergencia, sino el abastecimiento de medicamentos, insumos y elementos esenciales para poner en funcionamiento todos los establecimientos de salud de Lima Metropolitana, colapsados durante el Gobierno anterior. Al contrario, en el último tramo del Gobierno humalista se declaró 22 emergencias en diversos establecimientos y regiones del país. Durante estas declaratorias de emergencia se ha gastado más de S/ 350 millones. El Hospital María Auxiliadora de Lima, por ejemplo, fue declarado dos veces en emergencia, sin embargo no hubo crítica porque, como es obvio, eran Gobierno.
La declaratoria de emergencia facilita los procesos administrativos de adquisiciones, acorta plazos, permite la flexibilidad del número de personal y, sobre todo, se ejecuta de manera más flexible y ágil el presupuesto. Sin embargo, para evitar los actos de corrupción, los mecanismos de control posteriores deben ser fuertes. Aún no se ha declarado la emergencia, pero no debería ser un tema que polarice las opiniones. Eso sí, es obvio que los hospitales deben estar preparados frente a sismos o cualquier desastre, porque deben estar operativos ante la ocurrencia de estos siniestros.
La hoja de ruta que en modo meticuloso elaboraron los ex funcionarios humalistas, no se ha aplicado, y menos aún gobiernan los “técnicos” que ellos habían recomendado. El humalismo ha desaparecido del Congreso de la República y su ideología mercantilista es borrada cada día que pasa. ¡En buena hora!
Herberth Cuba García