Se debe S/ 800 millones a los proveedores privados
Los diarios de circulación nacional han dado cuenta de una nueva deuda en el sector salud: S/ 800 millones sería, según la Cámara de Comercio de Lima, la deuda que mantienen los diversos establecimientos de salud a cargo del Ministerio de Salud (Minsa) y los gobiernos regionales a los proveedores privados. Esto incluye a los servicios tercerizados que engloban atenciones que, de no pagarse, podrían suspenderse debido a problemas financieros y al colapso de las empresas privadas proveedoras. Todo esto con perjuicio para el funcionamiento de los establecimientos de salud y de los usuarios; pero además, para los propios trabajadores de las empresas acreedoras. Es decir, la falta de pago pone en riesgo la atención de los pacientes y la subsistencia de los empleos en las empresas. Sin embargo no queda claro por qué han esperado tanto, desde el 2014, para cobrar sus acreencias.
Los S/ 800 millones de esta deuda, heredada del gobierno anterior, debe agregarse a los casi S/ 1,100 millones que adeudaba el Seguro Integral de Salud (SIS) a los establecimientos de salud; además del atraso en el cumplimiento de las actas firmadas en ese régimen con los gremios laborales, que asciende a más de S/ 700 millones. Es decir, el gobierno de PPK ha heredado deudas por pagar por más de S/ 2,500 millones solo en los rubros más grandes en salud.
La desesperación de los hospitales y centros de salud por cobrar sus deudas al SIS, debido a la grave crisis en que se encontraban, y los conflictos gremiales por incumplimiento de actas suscritas pusieron en agenda la prioridad de estas deudas. Ahora, el sector privado ha puesto en evidencia también su reclamo. La Cámara de Comercio de Lima exige que el Minsa “dicte medidas inmediatas para pagar los adeudos”. La exigencia de que el Minsa intervenga se debe al proceso de descentralización y a las circunstancias económicas complejas por las que atraviesa el sector salud. Las deudas pertenecen a los establecimientos de salud a nivel nacional; es decir, a los de Lima Metropolitana que están a cargo del Minsa y a los hospitales y centros de salud de los gobiernos regionales. En otras palabras, no hay un deudor único.
El equivocado proceso de descentralización ha llevado a la pérdida de la rectoría del Minsa. Los gobiernos regionales se han autonomizado no solo en el manejo presupuestal, sino también en las acciones de gobierno en salud. Las funciones y competencias de alcance nacional y aquellas compartidas también fueron transferidas a las regiones. El margen de maniobra del Minsa para el pago de esas deudas es complicado, y quizá sea necesario, por el volumen de la deuda, la intervención del Ministerio de Economía y Finanzas.
Entre el 2012 y el 2016 se ha incrementado en más de 2.5 veces el presupuesto del sector salud. Es decir, nunca ha habido tanto dinero en el Minsa y las regiones para la salud. El Congreso de la República le otorgó facultades, y al amparo de estas se promulgaron 23 decretos legislativos, entre otros más, para implementar la llamada de reforma de salud. Se ha creado una serie de instituciones burocráticas, como el Instituto de Gestión de Servicios de Salud (IGSS), Susalud, Centro de Epidemiología (CDC), entre otros. Se han realizado conferencias, asambleas, reuniones, avisos pagados, libros y otros para dar a conocer los logros del gobierno; sin embargo los indicadores sanitarios cayeron y no reflejaron el esfuerzo económico que realizó la sociedad. A partir de agosto del 2016, el nuevo gobierno sufre la resaca de ese dispendio presupuestal.
El optimismo del inicio del gobierno impidió ver la severidad de la crisis heredada. La permanencia de los funcionarios del gobierno humalista en los puestos importantes del sector salud es la evidencia. Sin embargo, poco a poco los reclamos de los usuarios, de los servidores, de la prensa, de los acreedores, como el caso que comentamos, grafican la magnitud de la crisis. No solo ha sido el incremento de la burocracia, las trabas al funcionamiento de la política de salud y a la inversión, sino también los sonados casos de corrupción divulgados por la prensa.
El Poder Ejecutivo y el Congreso de la República tienen un gran reto. Es necesario continuar con el proceso para desburocratizar y destrabar al sector salud. También fortalecer la rectoría del Minsa y transformar el marco normativo, con la finalidad de ajustar la estructura organizacional del sector salud a las necesidades de la gente. Pasar del paradigma de la medicina curativa a la preventiva, a la atención primaria de salud y la salud pública en redes que integren los hospitales y los establecimientos del primer nivel de salud (centros y puestos de salud), en función y cerca del ciudadano.
Herberth Cuba García