El Minsa y su peligroso uso del concepto de paria
A raíz del lanzamiento del llamado “Pacto por la salud”, impulsado por parte de las nuevas autoridades del Ministerio de Salud (Minsa) provenientes del Partido Aprista Peruano, se ha puesto de moda el uso del concepto de paria. Es decir, en la búsqueda de interlocutores válidos para copar el espacio público y la acción política en salud, tachan de “parias” y excluyen a aquellos que no son dúctiles a la nueva gestión ministerial.
La condición de paria ha sido estudiada con prolijidad por la filósofa Arendt para referirse al sujeto expulsado del mundo común compartido, del espacio público, despojado de los vínculos sociales y políticos de la comunidad, y sin derechos. Es decir, es la condición de muerte civil, previa a la muerte física, como solución radical en las sociedades totalitarias.
El ser humano actúa en la vida pública y en la política sin intermediaciones, sin la obligación de abdicar de su derecho a favor de grupos ideologizados que no responden a sus necesidades; porque el ser humano no siempre pertenece a la “normalidad” que amparan esas ideologías. Según Arendt “las ideologías son sistemas basados en una única opinión con suficiente fuerza para atraer y persuadir a una mayoría de gente”. Queda claro para la mayoría, pero no para toda la gente. El riesgo del Apra es que es un partido ideologizado y proclive, por tanto, a confundir los espacios públicos; más aún cuando la filiación partidaria es importante para acceder a los cargos en la gestión ministerial.
La gravedad del comportamiento de los burócratas es que ejecutan la exclusión basándose en directivas y normas emanadas por funcionarios de alto nivel, muy ideologizados. Por ejemplo, “exigen” la participación en las discusiones de política solo de “genuinos representantes”. El resto son parias. El uso de los protocolos médicos o guías para la atención médica, que “normaliza” la forma y los procedimientos para atender a toda la población, no toma en cuenta que esa normalidad solo cubre al 80% de los pacientes y excluye al 20%, que no se adapta al protocolo o guía. Es decir, ocurre una exclusión de los distintos, de los ajenos a la “normalidad”.
La burocracia insensible detecta la exclusión y convierte al paciente en un paria, y lo condena a la exclusión de atención médica y hasta a la muerte. El Seguro Integral de Salud (SIS) presenta un listado de enfermedades cubiertas y no cubiertas por el financiamiento estatal. La burocracia detecta a los pacientes que sufren enfermedades que no están cubiertas, los excluyen y los transforman en parias primero, y luego —sin cargo alguno de conciencia moral— son impasibles ante su muerte.
¿Es tan difícil aceptar la diversidad? La condición humana, como diría Arendt, es la pluralidad y el reconocimiento del derecho “a tener derechos”, garantizado por parte de un Estado. Un excluido del derecho a participar en el diseño de las políticas de salud es un paria. Un excluido del protocolo médico es un paria. Un excluido del Listado de Enfermedades Financiadas es un paria. Su vida no le interesa a nadie. La burocracia de salud cumple su rol, frente al paria: primero lo priva de sus derechos, “porque no le corresponden”; luego apela a la complicidad organizada de la sociedad, para que nadie lo defienda; y luego asiste en la destrucción del ser humano. En el caso de la salud, a través de la eutanasia pasiva (lo dejan morir).
Es contraproducente que en momentos en que el Gobierno es débil —con dificultades de gobernabilidad, con precariedad en el consenso político— el Minsa sea gestionado solo por un partido político, y que además lance un Pacto por la Salud solo con “genuinos representantes”, con exclusiones de actores y expertos. El Consejo Nacional de Salud —como ente coordinador, articulador y consultor creado por la Ley 27813— ha tomado conocimiento de las formas de la actual conducción del Minsa. Es un primer paso; sin embargo, es también un filtro, para que las organizaciones miembros y los gremios amplíen los espacios de participación hacia nuevos y más amplios actores sociales. Es necesario que los partidos políticos, y en especial los representados en el Congreso de la República, hagan el seguimiento y la fiscalización correspondiente a la implementación del Pacto por la Salud. Esperar que se debata en el Foro del Acuerdo Nacional solo servirá para convalidar hechos consumados.
El peligroso uso del concepto de paria por la actual gestión del Minsa es excluyente y pretende etiquetar a seres humanos y convertirlos en inexistentes, sin derechos e indefendibles por parte del Estado; y que nadie reclame, porque se les ha excluido en base a leyes. Urge una rectificación. Sería peligroso construir un Pacto por la Salud, para fortalecer la exclusión social y el rol de la burocracia indolente ante el paria.
Por: Herberth Cuba