Es necesaria la vigilancia epidemiológica ante estas enfermedades
El 26 de enero del 2024 el Centro Nacional de Epidemiología, Prevención y Control de Enfermedades del Ministerio de Salud (CDC-Perú) emitió la Alerta Epidemiológica AE-CDC-001-2024, denominada “riesgo de presentación de casos importados de sarampión-rubéola y síndrome de rubéola congénita a nivel nacional”. A pesar de que en 2016 el Comité Internacional de Expertos declaró al “continente americano libre de sarampión”, entre 2017 y 2019 se presentaron casos importados de otras regiones del mundo, en 2020 se notificaron brotes en Argentina y México, y en 2021 se presentaron 730 casos confirmados de sarampión. “El 2022 llamaron 42 casos de sarampión en Brasil, 118 en Estados Unidos, 3 en Canadá, 2 en Argentina, 1 en Paraguay y 1 en Ecuador. Hay que tener en cuenta que el 2018 se confirmaron 41 casos importados de Venezuela, de Europa y Filipinas. El 2018 se confirmaron 2 casos importados de Europa y un caso relacionado a la importación”.
La Alerta Epidemiológica resalta algunos aspectos relevantes. En primer lugar, señala que la vigilancia epidemiológica integrada de sarampión y rubéola, desde el 2020 no ha logrado alcanzar a los dos casos sospechosos por 100,000 habitantes, que es la tasa estándar recomendada. En segundo lugar, que la cobertura anual de vacunación está aún por debajo del 95% que recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS). Por ejemplo, la cobertura de la segunda dosis el 2019 fue de 65.9%, el 2020 ha sido de 52.2%, el 2021 ha sido de 59.8%, el 2022 ha sido de 53.8% y el 2023 ha sido de 65.3%.
Según los cálculos que publica el CDC-Perú, se ha producido un acúmulo susceptible de enfermar de sarampión de 888 455 niños menores de 5 años. Como se puede apreciar, entre el 2022 y 2023, se ha producido un incremento de la cobertura de vacunación de 11.5%. Además, la cobertura de la primera dosis alcanzó el 84.3%. Hay que tomar en cuenta que, según el esquema regular de vacunación, la primera dosis se aplica a los 12 meses de vida y la segunda a los 18 meses. Es decir, en total, son dos dosis.
En tercer lugar, la Alerta Epidemiológica aludida señala que entre enero y noviembre del 2023, el Perú recibió un total de 2 261 997 turistas internacionales, habiéndose presentado un incremento del 24.8% frente al 2022. En esa línea, para comprender la magnitud del problema, es necesario tomar en cuenta “la evaluación de riesgo para la presentación de casos importados.
En cuarto lugar, la herramienta elaborada por la Organización Panamericana de la Salud (OPS) para la evaluación de riesgo para la presentación de casos importados pondera “la inmunidad poblacional, la calidad de la vigilancia, el rendimiento del programa de vacunación, evaluación de la amenaza y respuesta rápida». El resultado del uso de esa herramienta en el 2023 arroja que una provincia ha sido categorizada de muy alto riesgo; 160 provincias, de alto riesgo y 35 de riesgo medio, de un total de 196 provincias que posee el Perú.
Como se puede apreciar, las medidas a tomarse son urgentes e implica revertir las falencias en cada uno de los ítems que han formado parte de la evaluación. Encima los ítems están muy relacionados entre sí. Por ejemplo, la cobertura de vacunación está relacionada con la inmunidad poblacional y con el rendimiento del programa de inmunizaciones, asimismo, la calidad de la vigilancia está en relación con la evaluación de la amenaza y la respuesta rápida.
En quinto lugar, señala que “ante la notificación de caso sospechoso, las brigadas de vacunación realizarán el bloqueo (completar dosis pendientes según esquema de vacunación) con la vacuna Sarampión, Paperas y Rubéola (SPR) a niños menores de 5 años; en el área de riesgo determinada y teniendo en cuenta la cadena de transmisión en un periodo menor a 72 horas de notificado el caso».
En ese contexto, las líneas de acción se dirigen, en primer término, a ampliar la cobertura de vacunación hasta alcanzar el 95% de la población objetivo. En segundo término, al fortalecimiento del trabajo de los laboratorios de Salud Pública. El Instituto Nacional de Salud (INS), según la Alerta Epidemiológica aludida, es el responsable del indicador de vigilancia. Al mismo tiempo, el INS es el encargado de implementar “la búsqueda activa laboratorial de los casos de sarampión y rubéola”.
La búsqueda activa de casos es una búsqueda inteligente e intencionada para indagar o rastrear los casos sospechosos o probables. En tercer término, se encuentra la gestión de los determinantes sociales de salud. En este punto, aún existe cierta falencia en la Alerta Epidemiológica aludida. En modo casi reduccionista, solo invoca a la promoción de la salud. Sin embargo, las actividades que ya se realizan mediante los Comités Distritales de Salud (CDS) en la gestión de determinantes sociales de salud, sobrepasan con creces las pocas actividades señaladas en la Alerta Epidemiológica.
Por ejemplo, ya existe la coordinación y articulación entre los diversos sectores, como educación, municipios, Interior, Inclusión Social, Mujer y Poblaciones Vulnerables, entre otros, con la sociedad civil, con los agentes comunales y con la más amplia participación social. El funcionamiento de los Comités Distritales de Salud basa su desempeño mediante un plan multisectorial en el territorio o el distrito, entre otros documentos de gestión sanitaria.
En cuarto término, existe un plan de comunicaciones con la finalidad de informar, educar y comunicar no solo en la enfermedad, sino, sobre las medidas preventivas para evitarla mediante estilos de vida saludables y la ampliación de la cobertura de vacunación contra el sarampión, la rubéola y las paperas, así como de todo el esquema regular de vacunación.
El 30 de enero del 2024, ha sido identificado en Lima un caso importado de sarampión en un joven de 21 años que había tomado vacaciones en Europa. Como se puede apreciar, este caso ocurrió a pocos días después de haberse publicado la Alerta Epidemiológica. Por otro lado, el 15 de febrero, se ha notificado “un posible caso autóctono” en el distrito de Surco. Se trata de una niña de 10 meses, “que se encuentra estable y con atención médica en su propio domicilio”.
En este contexto, la OPS, “reitera que la vacunación, la vigilancia epidemiológica y la preparación de la respuesta rápida a los brotes de sarampión y rubéola constituyen las tres grandes estrategias”. Sin embargo, hay que incluir, una cuarta, constituida por “la gestión de los determinantes sociales de salud”. ¡Cuidado!