La premier Ana Jara y la Salud. Crítica a la política de salud pública del gobierno nacionalista
La extensión y la frondosidad del discurso demuestran lo difícil que ha sido la tarea de la jefe del Gabinete Ministerial, Ana Jara, para hacer frente a la caída de la inversión privada y pública a niveles cercanos a cero, la disminución de la recaudación fiscal, el déficit de gobernabilidad y la falta de claridad del mensaje presidencial para revertir esta situación.
En los temas de la salud ha enumerado hasta 16 aspectos que básicamente se resumen en tres áreas: Seguro Integral de Salud (SIS), ampliar la oferta de servicios de atención médica con la SUNASA y la reforma remunerativa.
Sin embargo, ha dejado perplejos a los expertos, con el reemplazo de la visión a largo plazo del derecho a la salud por el de protección social a través de seguros. La meta, según Jara, es que todos los ciudadanos tengan una póliza de seguro médico, cuando lo que la población necesita es atención médica en modo integral, universal y solidario, es decir, salud para todos.
Por ejemplo, los policías y sus familiares tienen seguro médico pero no tienen atención médica o si la tienen es inapropiada. Igual suerte corren los afiliados a las FFAA, Essalud, SIS y muchos seguros privados, porque las necesidades de atención son superiores a la oferta que esas instituciones ofrecen por separado. La premier confunde la meta con el mecanismo, el fin con el medio.
Frente a esa equívoca visión, ha resaltado una serie de paquetes del SIS que ya se ejecutan hace años y que son presentados como algo novedoso. El SIS afilia por pobreza y por vulnerabilidad económico-social. Es perjudicial si se incorpora al SIS nuevos afiliados de grupos ocupacionales o poblaciones de manera indiscriminado. Por ejemplo, analicemos el caso de las gestantes: Un gran grupo son pobres y/o vulnerables; ellas requieren subsidio, no solo del SIS, sino de otros sectores del aparato estatal. En cambio otro grupo de gestantes no necesita eso.
El SIS emprendedor ya existe: el pequeño empresario que se liga al sistema a través del RUS. Su existencia no es el problema sino la escasa afiliación debido a la poco atractivo que es un seguro para pobres que no resuelve sus problemas de atención médica.
La ampliación de horarios de atención médica significa dinero. La premier ofrece financiamiento solo para 10 hospitales, incumpliendo la Ley, porque debería ser para todos los establecimientos de salud. Inaplicar esta norma significa dejar sin atención médica a miles de pacientes por falta de médicos.
Ha remarcado el rol de la Superintendencia Nacional de Salud para hacer hincapié en las controversias con los pacientes, entre ellas las médico-legales, sin tomar en cuenta que no se ha reglamentado la Ley de los Derechos y Usuarios y Consumidores de Salud del 2009.
Finalmente, Jara se refirió a la llamada reforma remunerativa sin mencionar la huelga médica. Ha repetido el mismo discurso de la Ministra de Salud. Una reforma remunerativa que lejos de flexibilizar las relaciones laborales las complica y enmaraña. Ha hecho, por ejemplo, que no se pueda negociar por grupo ocupacional, y se ha regresado a sistemas inoperantes de negociación por rama o sector. ¿Cómo premiar, incentivar, motivar con esa rigidez laboral?. Es imposible. La solución de la huelga médica, la derogatoria de la reforma remunerativa, mayor flexibilidad laboral a los grupos ocupacionales, sería la solución. Exactamente al revés de lo que ha dicho la presidenta del Consejo de Ministros.
La premier no ha ganado el voto de confianza de la ciudadanía en salud. Ha quedado fuera de su preocupación la lucha contra las epidemias, las emergencias, la política de medicamentos y el cierre de la brecha de la atención médica. No ha señalado mecanismos para favorecer la inversión privada y pública. Contrario a la Constitución, las Asociaciones Público-Privadas y las obras por impuestos, tal como las ha propuesto el Ministerio de Salud, son más gasto estatal en áreas con altísimo interés privado por ser lucrativas, dejando sin financiamiento a la salud pública, la lucha contra las epidemias y las emergencias.
Por Herberth Cuba García
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