Libro reúne las ponencias del foro “La pandemia del Covid-19 en el Perú”
El 17 de mayo del 2023 el Colegio Médico del Perú (CMP) ha presentado el informe “La pandemia del Covid-19 en el Perú. Su impacto en la sociedad peruana, lecciones aprendidas” que fue producto de la transcripción de un foro realizado el 20 de octubre del 2022, publicado con un esmerado cuidado editorial. El texto no ha recogido el denodado esfuerzo del CMP para trasladar a Lima a cientos de colegas graves, a una cama en las unidades de cuidados intensivos, tampoco sobre los aportes científicos y técnicos durante la pandemia, tanto críticos como propositivos.
La primera mesa temática empieza con “Reflexiones desde la Salud sobre la pandemia de la Covid-19 en Perú” de Luis Cordero-Muñoz que pasa revista a cinco puntos: momento de la llegada de la Covid-19 al Perú, las medidas de restricción de la movilidad de las personas, la epidemia y su relación con la pobreza urbana, así como, el valor y el rol de los estudios de seroprevalencia y el inicio de la estrategia de vacunación. Como se puede apreciar, ha escogido algunos temas, que soslayan la equivocada decisión del gobierno en cuanto al enfoque y a la gran estrategia implementadas en el Perú. Al contrario, justifica que el Perú haya perdido tiempo en su preparación para “actuar oportuna y eficazmente en respuesta contra la pandemia,” porque no se valoraron adecuadamente algunos “supuestos o inferencias estadísticas». Sin embargo, pasa por alto que ya existían voces que exigían al gobierno, de ese entonces, acciones contra la Covid-19, debido a que había una evolución rápida de los contagios a nivel mundial, que las autoridades peruanas no valoraban.
En cuanto al primer punto, con relación al momento de la llegada de la Covid-19 al Perú, el autor aporta un dato, que contrasta con la fecha oficial del 6 de marzo del 2020 en que el gobierno confirmó el primer caso, al señalar que según Sinadef, “desde la segunda semana de febrero del 2020, se observa un exceso de fallecidos por todas las causas (más de los 705 esperados por semana), así como, que este exceso ocurrió “en los domicilios y no en los establecimientos de salud” y que la “tendencia era creciente. (Acaso ya revelaba un brote)».
En cuanto a la “cuarentena” señala que fue una de las más rígidas o estrictas del mundo, “alcanzó al 71% de la población». Además, “en el mismo periodo ningún otro país llegó a ese nivel de rigidez en el nivel de inmovilización». También afirma que “llamó la atención que la franja de la cuarentena rígida se superponía con la curva de la aceleración de los fallecidos” y luego concluye “probablemente habíamos llegado tarde en el proceso de implementación de la cuarentena,” más aún cuando “el exceso de mortalidad ocurría a nivel domiciliario». El autor resalta “un antecedente” ocurrido en el Hospital Dos de Mayo, en el que cuatro ciudadanos, tres de origen chino provenientes de Wuhan y una peruana hospitalizados, que esperaban sus resultados de las pruebas moleculares, que al final fueron negativas, fueron dados de alta “sin tomar en cuenta, que las pruebas moleculares pueden dar falsos negativos”. En ese sentido afirma que “la lección que queda es que ante los casos probables del mes de enero del 2020 se perdieron algunas semanas muy valiosas para prepararnos y actuar oportuna y eficazmente en respuesta a la pandemia».
Estas apreciaciones, ahora se tornan “no demostrables” bajo el método científico, porque, para eso, deberíamos haber encontrado al virus en el Perú durante esos periodos. Sin embargo, nadie detectó el virus, hasta el 6 de marzo del 2020. Tampoco es válida la justificación del retraso y la subestimación que tuvo el gobierno para actuar. La simple constatación de la evolución rápida de los contagios a nivel mundial, la experiencia de Wuhan (China) y la de Italia era más que suficiente para prepararse y tomar acciones, sin embargo, las autoridades peruanas no las valoraron. En ese sentido, aplicar al estudio de la pandemia una especulación ucrónica o una narrativa con supuestos alternativos a la realidad, podría ser amena e incluso, parecer ser científica, por el uso de la inferencia estadística, pero no lo es. Tampoco el autor realiza alguna referencia a la declaratoria de la emergencia sanitaria internacional por parte de la OMS, que es, en realidad el efecto detonante para las acciones sanitarias emprendidas en el Perú.
La frase, “probablemente habíamos llegado tarde en el proceso de implementación de la cuarentena” es reforzada con “parecía tener sentido una cuarentena lo más larga posible. Hoy nos queda claro que, tal vez, no era la mejor decisión… en especial, si se evalúa la enorme lista de revisiones sistemáticas a nivel mundial con relación al tema». También, en esto es una justificación a lo ocurrido, porque desde el comienzo, existieron voces que cuestionaron las cuarentenas “nacionales”, estandardizadas y uniformes sin tomar en cuenta la diversidad geográfica, étnica y la enorme informalidad económica de más del 75% de la población, así como, la utilización de las Fuerzas Armadas y Policiales.
Los puntos tercero y cuarto, se refieren a la pobreza urbana y los estudios de seroprevalencia, es decir, al uso de las mal denominadas pruebas rápidas. Aquí tampoco analiza las controversias en torno a la importancia de estas pruebas frente a la detección precoz de la infección, y tampoco si son equivalentes con las pruebas moleculares para dicho fin. Eso sí, reitera lo que ya se sabía; es decir, que “la seroprevalencia es el reflejo de la duración de la transmisión de la enfermedad en la comunidad. En consecuencia, tiene sentido a hacer estudios de seroprevalencia, bien diseñados y valorar la adecuada aplicación de lo que muestran estos estudios”. Como se puede apreciar, ha eludido el punto principal de la controversia. Con relación a la pobreza ha ocurrido lo mismo.
Sobre el proceso de vacunación, resalta “que la vacunación se convirtió en la principal política económica del país». Otra vez, omite los tremendos escándalos relacionados con ese proceso. Eso sí, son atinadas las reiteraciones a lo largo del texto sobre el intercambio de datos y la interoperabilidad en tiempo real, así como el repositorio de datos abiertos.