Se otorgó una distinción honorífica a los miembros de la primera promoción
El 18 de enero del 2023 se ha celebrado en el Paraninfo de la Facultad de Medicina San Fernando, los primeros 50 años desde que se autorizó a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, a implementar su Programa de Segunda Especialización en Medicina Humana y a otorgar títulos de especialista a nombre de la Nación, mediante la Resolución 1226-73-CONUP del 18 de enero de 1973. La celebración ha servido, en primer lugar, para realizar una somera revisión histórica del proceso de creación y formalización del Programa de Segunda Especialización Médica, a cargo de connotados médicos y profesores sanfernandinos y actores directos de ese proceso, como, Alejandro Bazán Gonzales y José Piscoya Arbañil.
La exposición de Alejandro Bazán recordó a grandes rasgos la historia desde “que contempló con angustia y nostalgia la conducta indebida de los maestros que abandonaron el claustro (sanfernandino) el 25 de julio de 1961, además, recordó “que por el jubileo de los 30 años de la Universidad Cayetano Heredia su más insigne y lúcido conductor manifestó con singular sinceridad que esa renuncia trastocó la evolución de la medicina peruana (y) más adelante afirmó (que) debemos reconocer que los niveles académicos, científicos y el ejercicio de la medicina se han debilitado.” Con este testimonio de parte, ocurrido en julio de 1961, muy emotivo, ante la disgregación de “su” Facultad de Medicina de San Fernando de la UNMSM, que dio pie a la creación de la Universidad Privada Peruana Cayetano Heredia, empezó su narrativa hasta el año 1973, en que se promulgó la resolución de la CONUP antes aludida. También señaló que, en esa época, el proceso de “formación de especialistas, no fue la propuesta brillante de una inteligencia futurista, fue una exigencia, una demanda social convertida en creación heroica.”
Desde la promulgación de la Ley 6041 del año 1928, en que el Congreso de la República “autorizó al Poder Ejecutivo para reformar las instituciones de enseñanza superior de la República, de conformidad con las necesidades y aspiraciones educacionales del país” es que se otorgó a las facultades de Medicina y Derecho de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos “las prerrogativas de obtener el título universitario de especialista.” Sin embargo, tal como se recordó en la presentación de la “Historia del Residentado Médico” durante el evento celebratorio, es recién en 1957 cuando se inició como actividad académica formal la especialización profesional, como es obvio, en la Facultad de Medicina San Fernando de la UNMSM, porque, como se sabe, era la única facultad de medicina del país. La creación del Colegio Médico del Perú, el año 1964, creó el registro de matrícula de los médicos, de los especialistas y de las sociedades científicas con sus respectivos comités calificadores, pero, este proceso de registro generó que el Colegio Médico del Perú, otorgue, incluso en ceremonias públicas, “títulos de especialista por la modalidad no escolarizada.“ Ante el reclamo de la UNMSM, el CONUP “resolvió que los títulos profesionales de especialista, tanto en la modalidad escolarizada, como en la no escolarizada, sólo podían ser otorgados por las universidades nacionales y privadas que fueran autorizadas para tal fin.”
Mediante normas de menor jerarquía se reguló casi todo el proceso de especialización médica denominado Residentado Médico, hasta que la Comisión de Salud y Población del Congreso de la República durante el periodo 2011-2012 elaboró y aprobó el dictamen de la “Ley del Sistema Nacional de Residentado Médico”, pero es recién el año 2016 en que se promulgó la Ley 30453, luego enormes tiras y aflojes y serias concesiones, bajo la justificación que es la primera vez que se aborda ese tema y, por tanto, como es innovadora, luego, de su puesta en práctica, se corregirán las “falencias”.
En segundo lugar, también, participaron la representante de la ministra de Salud ante el Consejo Nacional de Residentado Médico, Mariela Flores Angulo, el decano del Colegio Médico del Perú, Raúl Urquizo Aréstegui y el decano de la Facultad de Medicina Luis Podestá Gavilano, que evidenciaron las falencias, las dificultades y las desavenencias que existen al interior del Sistema Nacional de Residentado Médico y la necesidad de actualizar la vigente Ley 30453. La mirada crítica de tres actores importantes en la formación de especialistas, que ocupan posiciones disímiles en el Consejo Nacional de Residentado Médico, ha puesto en evidencia la necesidad de dialogar y de lograr acuerdos, para evitar los desajustes, el maltrato a los médicos postulantes y la pérdida de más de 600 plazas para especialistas ocurrida el año 2022.
Un aspecto esencial, es que según la Ley 30453, la ministra de Salud es la presidente del Consejo Nacional de Residentado Médico, puede designar un representante, pero eso no implica que no sea responsable de su conducción. Aunque parezca increíble, ha habido ministros que se han desentendido y cuándo han sido fiscalizados, por lo menos, uno, ha señalado que desconocía que era el presidente. La experiencia ha demostrado, que es necesario, que la rectoría se mantenga en el Ministerio de Salud (Minsa), pero, que la presidencia posea alternancia, entre el Minsa y la Asociación de Facultades de Medicina (Aspefam), porque, como se sabe, es la Universidad la que tiene la función de formar y otorgar el título a los especialistas. Además, hay que reforzar el concepto, que deben ser las universidades las que tomen el exámen de admisión, debido a que el artículo 16.1 de la Ley 30453, es claro, al señalar, “el concurso nacional de admisión está a cargo del Consejo Nacional de Residentado Médico (Conareme) y es ejecutado por las facultades de medicina en un proceso único, anual y descentralizado.” El Minsa ha distorsionado este artículo a su favor, y ahora la burocracia estatal, tal como ocurrió el 2022, “toma exámenes, cobra ingentes recursos, maltrata a los postulantes médicos y encima, pierde plazas, a pesar de la necesidad de más de 16,000 médicos especialistas.”
En tercer lugar, se ha otorgado una distinción honorífica a los miembros ingresantes de esa primera promoción de hace 50 años. El Paraninfo de la facultad, a lleno total, fue testigo del reencuentro emotivo de amigos con tanta trayectoria en las diversas especialidades y titulados a nombre de la Nación. En la actualidad, San Fernando, ofrece 42 especialidades médicas y 23 subespecialidades. ¡Feliz aniversario!