Se necesita resolver el entrampamiento legal en el INEN y el SIS
El cáncer representa un serio problema de salud pública y es la segunda causa de muerte en nuestro país. La prensa ha hecho eco de una serie de quejas de algunos médicos y pacientes que son usuarios del Instituto de Enfermedades Neoplásicas (INEN). Algunos congresistas han aprovechado la circunstancia para realizar declaraciones políticas contra el Ministerio de Salud (Minsa). Se ha obviado que el INEN es un órgano autónomo, adscrito al Minsa. Además, se ha reclamado que existe una deuda del Seguro Integral de Salud (SIS) a favor del INEN, sin tomar en cuenta que el SIS también es un órgano autónomo, en idéntica situación que el INEN. Es decir, una controversia INEN-SIS.
Esta situación anómala e increíble, que pone en entredicho la capacidad rectora del Minsa, necesita ser corregida. Algunos políticos reclaman que el INEN tenga rectoría (gobierno) del cáncer en el Perú, sin tomar en cuenta que la Ley Orgánica del Poder Ejecutivo (LOPE), promulgada el 20 de diciembre del 2007, señala que solo los ministerios son entes rectores. Es decir, no existe rectoría del cáncer para el INEN, porque no es ministerio.
Es necesario recordar que esa anomalía se generó desde que el ex ministro Carlos Vallejos —quien antes fuera jefe del INEN— promulgara el Decreto Supremo N° 001-2007-SA, Reglamento de Organización y Funciones (ROF), el 11 de enero del 2007, que en modo indebido otorgaba rectoría del cáncer al INEN. Este reglamento ha quedado desactualizado; y en el acápite de la rectoría, derogado por la LOPE.
Además, la LOPE señala para los organismos públicos como el INEN: “La creación y disolución se realiza por ley, a iniciativa del Poder Ejecutivo. La fusión, reorganización, cambio de dependencia o adscripción, se acuerdan por Decreto Supremo con el voto aprobatorio del Consejo de Ministros”. Estas normas fortalecen y demuestran la capacidad rectora del Minsa frente al INEN y la necesidad de actualizar su ROF.
El Seguro Integral de Salud adolece de la misma anomalía. Dos órganos autónomos, con lógicas distintas y contradictorias, han entrado en conflicto por un reclamo de deuda. El Minsa está maniatado en sus atribuciones por normas construidas bajo la lógica de cuotas de poder. Además, ambas instituciones coinciden en pedir dinero. El INEN al SIS, y este al Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) con la mediación del Minsa. Nadie se pregunta cómo es posible que se haya acumulado tanta deuda desde el año del 2009 hasta el 2016: menos aún quiénes son los responsables. Los medios de comunicación han dado cuenta de hechos de funcionarios corruptos; sin embargo, pocos plantean la modificación de la estructura que ha dado origen a esa corrupción.
El Minsa emprendió en diciembre y enero pasado el cambio de la estructura organizacional del INEN y del SIS. Los decretos legislativos 1305 y 1346 pretendieron corregir las anomalías detectadas, con la finalidad de mejorar la rectoría de ambas instituciones. El Congreso de la República truncó ambas iniciativas. Lo que es peor, no aprobó ninguna alternativa. No existe aún algún proyecto de ley que aborde esta grave situación. La prensa da cuenta cotidianamente del conflicto y las acusaciones salpican al gobierno.
Un ejemplo que grafica “el realismo mágico” del cáncer en el Perú, es el deseo de dos congresistas que han propuesto los proyectos 116/2016-CR y 436/2016-CR, que declaran de interés público el equipamiento, ampliación y fortalecimiento del Departamento de Oncología del Hospital Nacional Daniel Alcides Carrión de la Región Callao. ¡Increíble! ¿Por qué es necesario promulgar una Ley para crear un servicio o departamento de oncología dentro de un hospital público? Por el impedimento legal que tienen el Gobierno Regional y el Minsa, para hacerlo. Las leyes 28343 y 28748, en sus artículos 3 y 4, le otorgan solo al INEN esa posibilidad.
A pesar de todo el esfuerzo de las congresistas chalacas, los proyectos aprobados no resuelven el entrampamiento legal existente, y tampoco abren los candados que mantienen el monopolio del INEN sobre el cáncer. Es increíble que el Minsa y los gobiernos regionales se encuentren impedidos de intervenir en la prevención y tratamiento del cáncer. Si no se derogan o modifican las leyes 28343 y 28748, será imposible que los más de 8,000 establecimientos de salud del Minsa y de los gobiernos regionales participen en la lucha contra este terrible problema de salud pública.
Los gobernadores regionales y los congresistas, sobre todo los de provincias, tienen una ardua tarea. No es fácil derogar o modificar leyes promulgadas bajo la lógica de la cuota de poder. Sin embargo, el cáncer es una enfermedad dramática y empobrecedora. El principio de colaboración entre los poderes Ejecutivo y Legislativo debería enfocarse en el cáncer. El proceso de descentralización y el acercamiento del Estado al ciudadano han vuelto obsoletas ambas normas.
La corrupción y el cáncer crean un cóctel maldito.
Herberth Cuba García