El encuentro de palacio y la salud
La reunión sostenida en Palacio de Gobierno entre el presidente PPK y la líder de Fuerza Popular, Keiko Fujimori ha generado expectativa y esperanza. La polarización y el conflicto produce ingobernabilidad y caos. La democracia se desprestigia y pierde legitimidad en semejante escenario, más aún, cuando restan cuatro años para el cambio de gobierno. Las voces antidemocráticas han elaborado sesudos mensajes para evitar la aceptación de los resultados electorales con el objetivo de cerrar el Congreso o vacar al presidente. Ambas versiones extremistas dan por descontado el fin del ciclo democrático en nuestro país.
La pérdida del empleo y la caída de la inversión pública y privada, genera mayor demanda de servicios públicos, sobre todo de salud y en general de protección social. El Niño Costero ha expuesto las dificultades del Estado para intervenir con prontitud y eficacia. Además, la polarización produce crítica aguda, fácil y destructiva a cualquier acción de gobierno, porque frente a las inmensas necesidades, las respuestas siempre son insuficientes debido a las restricciones económicas. Un Ejecutivo a la defensiva y un Poder Legislativo enfocado en la coyuntura es la antípoda al modelo virtuoso para el crecimiento económico y social.
El inicio de gobierno fue promisorio en salud. La desactivación del Instituto de Gestión de Servicios de Salud (IGSS), ente burocrático y despilfarrador creado por el gobierno humalista, logró 106 votos, lo que significó un gran consenso congresal. Luego se dieron una serie de leyes, a propuesta del ejecutivo, para sobrellevar la enorme falencia económica y financiera del sistema de salud y del Seguro Integral de Salud (SIS). Sin embargo, muy pronto, se dejó de lado, el debate de las grandes leyes que son necesarias para reconstruir el sector salud. El Congreso priorizó el control político frente a la dación de leyes. No acompaño el proceso de destrabar, desburocratizar y trasformar planteado por el ejecutivo.
Los Decretos Legislativos relacionados a la salud se entramparon en el Congreso, tardaron en decidir las modificatorias y las derogatorias.
El encuentro en palacio gobierno abre una enorme expectativa. Ahorra recursos y horas hombre de trabajo infructuoso. Permite crear un horizonte compartido para un proceso de cambio y transformación. La esperanza de emprender las grandes reformas que la salud necesita. Por ejemplo, es necesario mayor presupuesto, la acción conjunta de la respuesta sanitaria en todo el territorio nacional a través del proceso de descentralización y de las competencias asignadas. Las normas de complementariedad en el trabajo compartido en salud en los tres niveles de gobierno. El fortalecimiento del primer nivel de atención y de la medicina preventiva. El desarrollo de los recursos humanos y el nuevo reto frente a los avances de la ciencia y la tecnología. Repensar el Seguro Integral de Salud para lograr acceso universal a los servicios de salud y a la seguridad social.La esperanza que abre el encuentro de palacio para la salud, se debe a que por fin se puede pensar en el mediano y largo plazo, en una propuesta sanitaria consensuada. La esperanza es que las críticas se transformen en propuestas.
Los sectores antidemocráticos atizan el desgobierno, ensalzan y manipulan el conflicto callejero. Polarizan y deslegitiman. Descalifican y excluyen. Critican el dialogo y el pacto político. Diseñan movimientos prolongados y de desgaste. Destruyen a las personalidades, manipulan los sentimientos hacia el odio y la venganza, restan credibilidad y legitimidad moral a la acción de gobierno. El encuentro de palacio se ha convertido, de esta manera, en el gesto político que infunde optimismo.
El lustro de gobierno pasado ha significado un grave retroceso en salud. Los indicadores sanitarios son negativos. Por ejemplo, no sólo las coberturas de vacunación son bajas, 48% en menores de 5 años, cuando deberían sobrepasar el 95%, sino que se ha caído todo el sistema de vacunación, es decir, cada uno de los componentes relacionados a la aplicación de las vacunas. Reconstruir el sistema y lograr el 95% de niños vacunados es difícil, requiere tiempo y decisión política, no sólo del ejecutivo, sino también, del Congreso de la Republica.
El principio de colaboración de poderes públicos se hace imprescindible para la gobernabilidad. ¡PPK y Keiko tienen un gran reto!
Por: Herberth Cuba