¿Una broma de mal gusto?. Sobre la carta pública de la ministra de Salud y el pedido de censura en el Congreso
En los diarios de circulación nacional el Ministerio de Salud (Minsa) ha difundido, como aviso pagado, una carta personal de la ministra Midori De Habich a los directores regionales, gerentes regionales y “jefes de redes de servicios de salud” del país. Esto último es un error porque en el Minsa no hay jefes de redes sino directores.
La publicación de una carta pública y no por los conductos internos del Minsa, sobre todo cuando los destinatarios son pocos y con quienes mantiene fluida comunicación, indica que, en realidad, la misiva va dirigida a los políticos, congresistas y la opinión pública. El detalle está en que la ministra, coincidentemente, está inmersa en un pedido de censura congresal. Además, se refiere a la atención primaria de salud, aspecto olvidado en sus 27 meses de gestión y por ello motivo de cuestionamientos en la reciente interpelación en su contra, que ha dado motivo al pedido de censura.
La carta señala “los nuevos desafíos de la reforma de salud”, divididos en cuatro rubros: 1. Mejorar el estado de salud de la población. 2. Instaurar una cultura de promoción, prevención y protección de la salud. 3. Avanzar hacia un sistema de salud más accesible y al servicio de la población. 4. Aliviar la carga financiera en salud de los hogares. Estos nuevos desafíos se agregan a cuatro anteriores -ampliamente criticados- ejes de la reforma de salud. Sin embargo entre ellos hay incoherencia y desacuerdo. ¿Si no ha avanzado nada con la primera propuesta, ahora se abocará a una segunda? ¿Como interpretar esto? Al parecer el objetivo no es la primera, ni la segunda, sino ganar tiempo y pasar la censura.
Por ejemplo, la carta se refiere “al horizonte temporal de mediano plazo, vía la coordinación de servicios e intervenciones de salud en camino a la integración de la atención de salud”. Es decir, no ahora, por lo menos después del 2016. Asimismo, plantea aspectos muy polémicos como la coordinación para lograr la meta de la integración de los servicios de salud. ¿El modelo cubano como meta? ¿Cómo hacer un modelo integrado en una economía social de mercado?
Asimismo, la carta “invita a las direcciones y redes de salud a expresar su interés en convertirse en iniciadores de la coordinación y la integración de la atención de salud a través de propuestas de innovación en un ámbito territorial que no exceda de 08 páginas hasta el 28 de noviembre del 2014”. Esto es más increíble todavía porque los funcionarios de la administración pública reciben órdenes y el diseño de planes piloto obedece a criterios técnicos de inclusión/exclusión desarrollados por el ente rector.
Por último la carta señala que “los iniciadores seleccionados tendrán apoyo personalizado en el planeamiento y la implementación de sus propuestas y las flexibilidades para avanzar en el camino de la coordinación y la integración”. Agrega, además que el Ministerio de Salud está en “proceso de definición del conjunto de flexibilidades para precisar su alcance y extensión” y “determinar los arreglos institucionales normativos y financieros” necesarios. En otras palabras, no hay nada definido. ¿Y los 23 Decretos Legislativos de la llamada Reforma de Salud no sirvieron para eso? Obviamente, no.
Después de 39 meses de gobierno de Ollanta Humala y 27 de la actual ministra, esta carta parece una broma de mal gusto. La gestión del sector Salud está agotada. Es imperativo enmendar rumbos, hacia una verdadera reforma de salud.
Por Herberth Cuba García