La reforma negativa del SIS. Análisis de los cambios dispuestos por el gobierno al Seguro Integral de Salud
El Seguro Integral de Salud (SIS) administra el subsidio estatal en salud. También los fondos para las enfermedades de alto costo, como el cáncer y las llamadas raras o huérfanas, que afectan a un reducido grupo de personas, como las genéticas. Un enfermo pobre recibe el subsidio siempre y cuando el mal que tenga se encuentre en un listado de afecciones o daños aprobados por el plan de subsidios. Si por desgracia su mal no está en el listado, queda en el desamparo.
El SIS adolece de inconvenientes: No ha logrado aún afiliar a todos los pobres y a todas las poblaciones vulnerables. No reconoce el derecho a una atención integral sino sólo de las afecciones precisadas en el “Plan Esencial de Aseguramiento”, que incluye solo enfermedades baratas y comunes. Cubre muy pocos males de alto costo y los atiende parcialmente: solo 5 tipos de cáncer y pocas enfermedades raras y huérfanas. Funciona así desde hace 15 años sin mostrar ninguna mejora.
Además, un paciente puede estar afiliado al SIS y no recibir atención porque los servicios de salud no tienen capacidad para atenderlo. La oferta de atención del SIS es muy poca frente a la demanda de la población: falta médicos, equipos, medicamentos, hospitales, centros de salud, postas, etc. Por lo general, el paciente es atendido después de largas esperas, y debe comprar con su dinero los medicamentos, equipos o insumos que el SIS debería proveerle.
La Reforma de la Salud debía acabar con esta situación, sin embargo el Decreto Legislativo 1163 la ha agravado al otorgarle al SIS facultades para el financiamiento de las intervenciones de la “cartera” de salud pública: vacunas, epidemias, desastres, mosquitos, roedores, pulgas, entre otros, además de información, educación y comunicación sanitarias, promoción de estilos de vida saludables, consumo de agua potable, alimentación saludable, vivienda adecuada, trabajo saludable, y otros.
Esta nueva facultad ha generado 4 tipos de usuarios: afiliados al SIS de la jurisdicción, afiliados de otras jurisdicciones, afiliados a otros seguros, y los que no tienen ningún seguro. Discernir cómo atender y a quién otorgar el subsidio es complicado.
Ha generado además un crecimiento exponencial de la burocracia para llenar interminables formatos y manejar complejos sistemas de cómputo, fiscalización y auditoría. Y también ha creado problemas éticos a los profesionales de la salud, que son los encargados de comunicarles a los pacientes que no están incluidos en el plan y por lo tanto no pueden ser atendidos, o que existe desabastecimiento o escasez. Y sobre el médico hay una enorme burocracia no médica, encargada de auditar su tarea.
Los médicos están en medio de un conflicto: el paciente exige una buena atención, el establecimiento de salud quiere ahorrar, y el seguro desea pagar lo mínimo. Esto produce un absurdo incremento de los procesos medico-legales.
La llamada Reforma de Salud no ha mejorado la oferta de los hospitales y centros de salud, no ha articulado un sistema que permita unir esfuerzos del Minsa, gobiernos regionales, Essalud, sanidades militar y policial, municipalidades y el sector privado. El financiamiento de la “cartera” de salud pública, que es obligación del Estado, no sigue la lógica de los seguros. Existen otros mecanismo públicos o privados. El DL 1163 es un retroceso y el resultado, son los malos indicadores sanitarios. ¡Que pena!
Herberth Cuba García
http://elmontonero.pe/columnas/2014/09/la-reforma-negativa-del-sis/