La salud en la crisis de investidura. Sobre el voto de confianza al Gabinete Jara y la reforma de la Salud
El cambio de gabinete ministerial, pese a que algunos analistas creen que es un hecho fortuito, es una seria crisis de gobernabilidad. La propia caída del premier Cornejo representó la cúspide de esa crisis. Ésta se ha graficado en la desaceleración económica, la caída de la recaudación fiscal, los aportes a las AFPs por parte de los independientes, la caída de los indicadores sanitarios, la conflictividad social -representada por la huelga médica- y las dudas morales respecto a 5 ministros de sectores importantes: Economía y Finanzas, Energía y Minas, Salud, Producción y Medio Ambiente, difundidas por los Cornejoleaks.
El diagnóstico de este hecho político es muy importante porque su comprensión plantea la propia solución. No es posible tampoco creer que esto no llegará a más. Todo lo contrario. ¿cómo podría alguien respaldar con su voto ese mismo gabinete? En esta circunstancia, oponerse es un tema de sobrevivencia y trasladarse hacia lo políticamente correcto. Por ejemplo, ¿cómo un político podría sostener a la Ministra de Salud cuando los Cornejoleaks, cuestionan su comportamiento moral frente a la huelga médica, además, de los malos indicadores sanitarios? Argüir que los congresistas, por mantener sus puestos de trabajo, terminarán dándole la confianza al gabinete es precisamente promover el fin de la democracia. El chantaje como atributo presidencial.
Por otro lado, negociar con las bancadas que pidan menos es alimentar el toma y daca, cuyo resultado sería insostenible en el tiempo. Hay líneas maestras de la política económica y social aceptadas por todos los partidos políticos, gremios empresariales y sindicales y la sociedad, en el marco de una economía de mercado y régimen democrático que nos ha permitido un alto crecimiento económico y la disminución de la pobreza. La economía basa su desarrollo en señales claras, previsibles y moralmente justas. Las señales éticas, cuanto más alejadas de la corrupción, la fortalecen. Este aspecto ha sido afectado en la actual crisis de gobierno.
Los procesos de reforma iniciados por el gobierno tienen una doble connotación ideológica, que genera ambigüedad y falta de norte político claro, acorde con las líneas maestras ya señaladas. Los actores no creen en ellas porque tienen otra ideología. Se entiende así la ruta de la Reforma Educativa, de la Reforma Universitaria, de la Reforma de Salud, y todo el andamiaje económico-burocrático creado en los últimos tres años.
Esta crisis es estructural y toca a los políticos darle solución sin esperar hasta el próximo cambio de gobierno. Esta solución democrática, excluye la ruta del chantaje político, y significa elaborar una agenda clara y precisa con pacto político incluido. Luego, los ministros que se designen para cumplir ese encargo gozaran de amplio consenso que fortalecerá la democracia y el desarrollo económico y social. El tercer aspecto será el control político del Congreso frente al pacto con respaldo constitucional.
La tarea es ardua. El voto de confianza, sin agenda y pacto político, sólo aplazará la crisis y la agravará. Por ejemplo, la Reforma de Salud debe ser más que asociaciones publico privadas para la gestión hospitalaria, y contraria a propiciar la negociación sindical colectiva por rama o sector, al incremento de la burocracia con más trabas, más enmarañamiento, menos transparencia y mercado. La reforma de salud es creación colectiva con lineamientos claros, sin ambigüedades, que no dependan de una sola persona sino de la adhesión y el pacto social en torno a ella.
Por Herberth Cuba García
http://elmontonero.pe/columnas/2014/08/la-salud-en-la-crisis-de-investidura/