Las huelgas médicas siempre han tenido un gran impacto político
Una imagen, vale más que mil palabras, es la frase que se aplica a una fotografía que registra la finalización de la huelga médica. El premier y ministro de economía, junto a la ministra de salud y los dirigentes médicos en un ambiente del Ministerio de Economía llegaron a un acuerdo que fue plasmado en un acta. La imagen que comentamos, perpetua la rúbrica del premier en dos normas ansiadas por la profesión médica: el Decreto Supremo que transfiere 330 millones de soles al SIS para el pago de las deudas que mantiene aún con los hospitales, y la autógrafa que promulga la restitución de los cuatro artículos de la Ley del Trabajo Médico que fueron derogados por el gobierno humalista en modo injusto. Luego, la ministra de salud y el dirigente médico suscribieron el acta de acuerdos.
No es mi intención comentar los diversos puntos del acta y menos realizar algún balance. La fotografía evoca la consecución de logros. No sólo para el gremio médico sino también para el gobierno, porque permite mejorar la situación de los hospitales, centros y puestos de salud. En estos dos puntos, ya no hay promesas sino hechos. Sin embargo, hay que recordar que la deuda que ahora se paga a los establecimientos de salud se arrastra desde el 2009 y la restitución de los artículos derogados de la Ley de Trabajo Médico eran una promesa desde finales del 2013. Han ocurrido desde entonces dos huelgas médicas con actas de compromiso firmadas, por el gobierno anterior, que no se han cumplido.
La huelga médica ha ocurrido en momentos de aguda confrontación política entre la mayoría congresal con el Poder Ejecutivo. El diálogo entre la lideresa de Fuerza Popular con el presidente PPK abrió esperanza al entendimiento y al fortalecimiento de la gobernabilidad democrática. Algunos sectores reivindicaron la huelga médica para expresar que la confrontación política había dado paso a la confrontación social. “La calle suena”. Otros se presentaron como “mediadores” con la finalidad introducir sus propias pretensiones.
La fotografía que comentamos destierra la confrontación social y la existencia de mediadores. Es la imagen resultante del diálogo, que, aunque complicado y prolongado ha sido directo y fructífero. Algunos mediadores ahora han resultado disconformes con los “acuerdos” y protestan, hasta emiten comunicados públicos, porque han sido obviadas sus pretensiones. ¡Increíble! Por otra parte, los que atizan la confrontación social para que el sistema democrático se arrodille y se rinda, están frustrados. También reclaman y emiten comunicados. Rechazan las reglas del juego democrático y ensalzan la asonada callejera.
Las huelgas médicas siempre han tenido un gran impacto político. Los médicos son escasos, por ejemplo, se necesitan 80 mil médicos y el país solo tiene alrededor de 40 mil, y de estos, se necesitan por lo menos 16 mil médicos especialistas más. Es decir, la escasez de médicos que ya sufre la población en modo cotidiano, se agrava en tiempos de huelga. No es posible despedirlos para luego contratar otros, porque no los hay. Además de la escasez, la profesión médica posee habilidades conceptuales, herramientas intelectuales y comunicacionales muy potentes. Los gobiernos que han enfrentado huelgas médicas, han sufrido desgaste político.
Ahora el panorama en el sector salud ha cambiado. Hay una hoja de ruta concordada. El acta invoca los consensos en salud del Foro del Acuerdo Nacional y el aumento progresivo del presupuesto público para la salud. El fortalecimiento del primer nivel de atención de salud y una mirada crítica de la descentralización para fortalecer la autoridad y rectoría del Ministerio de Salud, pero, sin desnaturalizar el proceso de descentralización en marcha.
El gobierno y el gremio médico han asumido un compromiso muy serio e importante. Dos hechos anhelados, como ya ha sido expresado, han propiciado la suspensión de la huelga médica. Sin embargo, las buenas relaciones se mantendrán, si en el proyecto de Ley de Presupuesto que presenta el Poder Ejecutivo al Congreso de la Republica, a más tardar el 30 de agosto, se plasman en blanco y negro, no sólo el incremento presupuestal para el sector salud, sino, la nueva “escala salarial” para todos los servidores asistenciales del sector, incluidos los médicos.
El gobierno y el Congreso de la República tienen un gran reto en el proceso de fortalecimiento de la gobernabilidad democrática, en cuyo marco, la salud es su resultante. Como es sabido, la salud es causa y efecto del desarrollo local y nacional.
Herberth Cuba García