Los indicadores sanitarios han caído notoriamente
Hay una campaña —a través de los medios de comunicación— propiciada por los miembros del Núcleo Ejecutor de la reforma de salud humalista con la finalidad de legitimar en la opinión del nuevo gobierno la necesidad de proseguir como conductores de ese proceso de “reforma”. Señalan, con toda seriedad, que es un proceso de largo plazo, y que las personas y los equipos son claves. Es decir, plantean sin rubor, que desean tener trabajo durante varios lustros.
El Ministerio de Salud (Minsa) ha preparado para ello una Hoja de Ruta, pagada como una consultoría, a ex funcionarios que son parte del Núcleo Ejecutor, para atenuar y bloquear los consensos aprobados con el documento “Los objetivos de la Reforma” —del Foro del Acuerdo Nacional— y continuar, luego de algunos ajustes, con la implementación del llamado “proceso de reforma de salud humalista”. Es decir, dan la sensación de que implementan el documento del Acuerdo Nacional; pero en realidad continúan con la ruta ya trazada.
La Hoja de Ruta sirve de libreto para todos los funcionarios del Minsa, y como discurso y mensaje para los medios de comunicación. Es un plan de gobierno, estructurado desde fuera de los partidos, con dinero de todos los peruanos, para endilgárselo a cualquier partido político que hubiese ganado las elecciones. Lo propio hacen con los gobiernos regionales y locales. Es obvio que se espera una colisión entre los planes de gobierno del pepekausismo y el Núcleo Ejecutor, tal como ocurrió con el documento “Los objetivos de la Reforma”. La experiencia nos señala que es probable que ya se tenga una Hoja de Ruta para hacer encajar las propuestas en salud del plan de gobierno de PPK con los lineamientos de la reforma de salud humalista. Así, se aplicaría a los miembros del equipo de salud de PPK la fría estrategia de englobarlos, engullirlos y desaparecerlos, para luego ocupar su lugar. Es decir, PPK tiene el riesgo de recibir todo el pasivo de la reforma de salud humalista.
Las debilidades del gobierno de PPK están en la calle y en el Congreso de la República. Los gobiernos regionales, locales y los congresistas seguirán poco a poco el destino de la calle. Es un despropósito empezar el nuevo gobierno con semejante pasivo político. A pesar de que los altos funcionarios humalistas del Minsa señalan que, según sus propias encuestas, la satisfacción de sus usuarios bordea el 87%, (más que en Alemania y Francia), la llamadas de queja cotidianas a los medios de comunicación por parte de los pacientes y usuarios reflejan lo contrario. Además, los indicadores sanitarios han caído y la judicialización del acto médico se ha incrementado. Es decir, hay un contraste entre la propaganda del Núcleo Ejecutor y la realidad. Los planes de gobierno de los diversos partidos políticos han captado esa brecha y sobre esa base han elaborado sus propuestas.
El Núcleo Ejecutor es asiduo consumidor de recursos públicos; es “presupuestívoro”. Por ejemplo, en el año 2011 se asignaron 5,700 millones de soles para gasto corriente del gobierno en salud, en los tres niveles de gobierno y con exclusión del gasto en infraestructura. En el año 2015, para los mismos conceptos se asignaron 12,534 millones. El gobierno humalista ha más que duplicado el gasto; sin embargo, el impacto en la salud de la población ha sido menor que en el 2011. Los indicadores sanitarios reflejan esa realidad. A pesar de que era necesaria una mayor inversión en actividades asistenciales —es decir, en la atención médica y de salud directas—, el gasto se ha dirigido a actividades no asistenciales y a la creación de nueva burocracia.
Solo pondremos dos ejemplos, de los tantos que existen: la creación del Instituto de Gestión de Servicios de Salud (IGSS, según DL 1167), que funciona como un ministerio paralelo dedicado a las prestaciones de salud; y SUSALUD (en reemplazo de la Superintendencia de la Entidades Prestadoras de Salud) para fiscalizar los derechos de los pacientes, sin tomar en cuenta que el 25% de la población no tiene acceso a la atención médica. Es decir, es como si un ciudadano que no tiene casa propia estuviera obligado a pagar un seguro contra incendios.
El rubro de gastos no asistenciales es diverso y múltiple. La auditoría es un proceso natural y necesario en toda transferencia de gobierno; más aún si ha habido un incremento del gasto tan grande. Sin embargo, la continuidad del Núcleo Ejecutor en la conducción del Minsa hace innecesaria esa transferencia. El presidente electo debe evaluar, de manera personal, el proceso de transferencia en salud y la designación del nuevo ministro, si desea poner el Estado al servicio de los ciudadanos.
Herberth Cuba García