Colapso de la gestión de salud
Mientras el gobierno denomina el año 2020, como el Año de la Universalización de la Salud, el Ministerio de Salud (Minsa) no atina a plantear los lineamientos de su nueva gestión. Es necesaria una hoja de ruta que defina el mecanismo y la estrategia.
En el Perú se debaten dos propuestas. El fortalecimiento del rol del Estado en la medicina curativa a través del modelo mercantilista llamado “aseguramiento universal”, que se traduce en convertir al Seguro Integral de Salud (SIS) en un gran comprador de prestaciones de “capa simple” al sector privado; y la capa compleja (con las enfermedades de alto costo) a través del mecanismo de intercambio prestacional entre instituciones públicas, cuando el sector privado no tenga oferta. Esta propuesta es la continuación de la llamada reforma de salud humalista.
La otra propuesta, que se inició el 2016, es el fortalecimiento de la promoción de la salud y de la medicina preventiva. El eje central es el primer nivel de atención, es decir, de los 8,000 puestos y centros de salud que se encuentran distribuidos a nivel nacional. Es la creación de Redes Integradas de Salud, con la finalidad de coordinar, articular y complementar (en el nivel local, regional y nacional) las acciones sanitarias del Estado y la sociedad. Consiste en resolver los problemas de salud en el establecimiento más cercano, con atenciones, (incluso especializadas,) en un máximo de 24 horas. Son conocidas como las clínicas de día y de 24 horas. Esto significa fortalecer el SIS y convertirlo en un seguro social pleno. La universalización de la salud obliga a enfrentar los determinantes económicos, sociales y culturales de la salud, la promoción y la prevención, la Atención Primaria de la Salud y la atención médica de todas las enfermedades y de todos los residentes en el Perú. Es decir, lograr la Seguridad Social Universal en Salud.
Por Herberth Cuba