Vacunas contra el dengue no serán incorporadas al Programa de Inmunización
El Ministerio de Salud (Minsa) –en nota de prensa del 29 de mayo del 2023 titulada: “OPS/OMS respalda acciones que desarrolla el Minsa frente al dengue”– dice que “expertos detallan que la vacuna no es recomendada para ser incorporada en el Programa de Inmunización”. En ese sentido, la ministra Rosa Gutiérrez, informó que “desde el inicio de su gestión se ha fortalecido el primer nivel de atención, a través de la asignación de presupuesto para mantenimiento, adquisición de medicamentos y contratación de personal». También que ha “desplegado el acompañamiento técnico de más de 60 expertos en las regiones, municipalidades provinciales y distritales para unificar esfuerzos contra el dengue». Además, el consultor del equipo de Arbovirus de la OPS/OMS, José Luis San Martín, detalló que las vacunas contra el dengue no han sido recomendadas para ser aplicadas en la población. “Las dos vacunas que están en fase de desarrollo, una de ellas concluida, aún no son recomendadas para incorporarlas en el programa de inmunización». De esta manera la ministra de Salud ha zanjado el debate en torno al uso de vacunas contra el dengue en el país.
Luego de haber prometido el 18 de mayo del 2023, en momentos en que las cifras bordeaban los 85,000 casos y 96 muertes a nivel nacional, que “en 15 días resolverá el problema del dengue en el Perú… porque estamos con más de 60,000 personas en diferentes regiones para no solamente eliminar los criaderos, no solamente para fumigar sino también para atender y mejorar los servicios de salud” las cifras, al 29 de mayo del 2023, se han incrementado al punto que según el Centro Nacional de Epidemiología, Prevención y Control de Enfermedades (CDC-Perú), ya hay 111,085 casos de personas contagiadas y 153 fallecidas. Es obvio que la promesa no se cumplirá porque no goza de asidero científico ni técnico.
En ese sentido, el respaldo de alguna institución referente, como la Organización Panamericana de Salud (OPS), ha sido indispensable para rechazar el pedido de incorporar la vacuna contra el dengue en el Esquema Nacional de Inmunizaciones del Perú, como habían propuesto la industria, algunos medios de comunicación y expertos e, incluso el Colegio Médico del Perú, mediante un comunicado que propone “incorporar las vacunas contra el dengue, particularmente en la zonas endémicas”. Ese comunicado también propone el amplio y masivo control vectorial con fumigaciones repetidas y uso de larvicidas, así como la adecuación de los servicios y más recursos para el primer nivel de atención; y la implementación del “doble empleo y horas complementarias para el personal de salud en las zonas de la epidemia y educación y comunicación social adecuada a los públicos objetivo”.
Como se puede apreciar, las recomendaciones señalan el “qué hacer” pero hay ausencia, en estas, del “cómo hacer”. Y ese es el meollo del problema. Es decir, la implementación del enfoque comunitario, con la más amplia participación de la población y con la articulación Estado-Estado y Estado-sociedad, porque las 60,000 personas a las que alude la ministra son insuficientes.
Se ha generado una serie de expectativas en la población con relación a algunas “supuestas” promesas para enfrentar y “resolver” el dengue. La primera expectativa está ligada a la creencia en que la existencia de pruebas diagnósticas aportaría la solución. A estas alturas, bajo la constatación de la precariedad del Minsa y de los servicios de salud de las regiones, es poco probable que eso se logre. En ese sentido, es necesario fortalecer el diagnóstico clínico. Incluso, en la data que informa el propio Minsa se señala que las cifras de casos contagiados y fallecidos incluyen a diagnosticados con pruebas de laboratorio y a probables. En consecuencia, las cifras que se reportan al público contienen “subregistros y sub reportados”, que complican la apreciación de la magnitud de la epidemia por parte de las autoridades y equivocadamente “generan parálisis” en la toma de decisiones a la espera de información confiable.
La segunda expectativa es que la incorporación de una vacuna contra el dengue, en esta fase de la epidemia, sería la solución definitiva y duradera. Esta expectativa se ve reforzada por la experiencia de la vacuna contra el Covid-19. Sin embargo, no es tan sencillo. En primer lugar, hay un aspecto científico y tecnológico. Existe un proceso de revisión científica de las agencias de alta vigilancia sanitaria y de aquellos países que han sido pioneros en el proceso de investigación e innovación científica, así como en los ensayos clínicos.
En la Nota Técnica 03-2023 del 25 de mayo del 2023 del Instituto Nacional de Salud se “sintetiza la evidencia científica disponible respecto a la eficacia y seguridad de la vacuna contra el dengue TAK-003 (Qdenga). Señala también que “han sido autorizadas por las agencias reguladoras de Indonesia, la Agencia Europea de Medicamentos (EMA), ANVISA-Brasil, MHRA de Reino Unido y la ANMAT de Argentina. Esta vacuna es tetravalente con virus vivo atenuado, es decir, abarca las cuatro cepas del virus del dengue. Se ha usado como soporte a la cepa DENV 2 para incluir cepas recombinantes de DENV1, DENV3 y DEN4. Se usan dos dosis con un intervalo de tres meses.
Un segundo aspecto es el regulatorio. Es obvio, que este proceso se verá facilitado por la experiencia de los países de alta vigilancia regulatoria. El tercer aspecto es el financiero. Los altos precios de la vacuna “innovadora” frente a las necesidades del país. El cuarto aspecto, se refiere a la elaboración de las normas técnicas y administrativas para su implementación. El quinto aspecto es el suministro logístico. La empresa fabricante se enfrenta a limitaciones para “entregar” las vacunas, por tanto, es necesario entrar en lista de espera luego del requerimiento. Y, por último, el sexto aspecto, es organizar el proceso de vacunación, propiamente dicho, según las prioridades epidemiológicas nacionales. Entonces, en el corto plazo y durante esta epidemia, esta expectativa es irreal.
La tercera expectativa es el cambio de la estación climática y la llegada del frío que contrarreste al mosquito Aedes Aegypti. Esta parece haber sido la principal expectativa de los funcionarios del Minsa. Otro error, porque parece que estamos frente a la llegada de un nuevo fenómeno del Niño. ¡Eviten la frustración y el sufrimiento de la gente!