El Comité Nacional de Medicamentos, Alimentos y Drogas fue creado en 1985
El 15 de noviembre del 2023 falleció Uriel García Márquez, impulsor de la política de medicamentos y creador (en 1985) del fenecido Comité Nacional de Medicamentos, Alimentos y Drogas (Conamad). Se creó mediante el Decreto Legislativo 353, como un organismo público descentralizado multisectorial, con un nivel de pliego presupuestal, con autonomía económica y financiera dependiente del Minsa. Cómo se puede apreciar en los artículos 2 y 3 del DL 353, Conamad era el encargado de aplicar, reglamentar, coordinar y controlar la política y los programas de salud sobre medicamentos, alimentos y drogas.
Las responsabilidades que se le otorgaron a Conamad incluían el ámbito de “los productos farmacéuticos de uso humano, los de uso agrícola y veterinario, estupefacientes y drogas para uso médico, y los insumos para los productos antes aludidos, así como los artículos de higiene personal, cosméticos y otros. Además, la autorización y control de establecimientos para la producción y expendio de productos farmacéuticos y de empresas afines públicas y no públicas, y también el registro y control sanitario de los productos y empresas de la industria de alimentos”.
El Comité estaba conformado por el Consejo, las Comisiones Técnicas, el Fondo Nacional de Medicamentos y la Secretaría Ejecutiva. Los miembros del Consejo eran designados por el Ministerio de Salud, el de Economía y Finanzas; el de Industria, Comercio y turismo integración; ministerio de las Fuerzas Armadas y de mi interior; el Instituto Peruano de Seguridad Social; Colegio Médico del Perú; Colegio Químico Farmacéutico del Perú; Colegio Médico Veterinario; la Asociación de Industrias Farmacéuticas Nacionales; la Asociación de Laboratorios Farmacéuticos del Perú; la Asociación Nacional de Propietarios de Boticas, Farmacias y afines del Perú y el Colegio Odontológico del Perú”.
Durante esa etapa, desde 1985 hasta 1990, se aplicó la Política Nacional de “desarrollo hacia adentro” en la economía nacional, por tanto incluyó también al rubro de la política de salud sobre los medicamentos insumos, alimentos y drogas que, además, fue considerado “rubro estratégico”. Como logro de esa etapa, se creó el Programa de Medicamentos Básicos Esenciales, constituido por un listado de 68 medicamentos.
En abril del año 1990, bajo nuevos horizontes en políticas de desarrollo, se creó, mediante el Decreto Legislativo 584, la actual Dirección General de Medicamentos, Insumos y Drogas (Digemid), con áreas y funciones más restringidas y acotadas. En el 2009 se promulgó la actual Ley 29459 que otorga a Digemid el rol de Autoridad Nacional de Productos Farmacéuticos, Dispositivos Médicos y Productos Sanitarios, con aspectos que le son inherentes, como proponer las políticas y las normas, así como regular, evaluar, ejecutar, controlar y auditar, entre otras funciones sustentadas en estándares internacionales. Además de fortalecer el del Sistema Regulatorio Nacional en las áreas de su competencia.
La etapa que va desde 1985 hasta el 1990, en la política de medicamentos ha sido muy estudiada y ha merecido críticas desde diversos sectores. Hasta los propios propulsores de esas reformas hicieron críticas, incluido el propio Uriel García Márquez. Las buenas “intenciones” de dar medicamentos baratos para el pueblo con precios controlados, producidos por el Estado o por las empresas nacionales tuvo como resultado mayor escasez, carestía y corrupción. El impedimento de las importaciones para favorecer a la “industria nacional”, los controles de precios, los subsidios para la “industria nacional, con dólar del Mercado Único de Cambio (MUC) sanitario, que era el que contenía los mayores niveles de subsidios, generó como contraparte la “estrategia empresarial” de la sobrefacturación, así como el contrabando hacia el exterior de los productos subsidiados.
Por otra parte, se crearon enormes rutas o vericuetos burocráticos que recorrían varios ministerios –como el de Economía y Finanzas, el de Industrias y el de Comercio Exterior– para que Conamad autorice, incluso con la participación del Banco Central de Reserva del Perú. Es así que durante el segundo periodo gubernamental del expresidente García, del 2006 al 2011, como lección aprendida, ya no se aplicaron las mismas políticas, incluso estuvieron proscritas.
La presencia del químico farmacéutico Uriel García Márquez en los debates durante el lustro 1985-1990, y luego en la adversidad de las críticas contra su gestión, fue encomiable. Es así que el 30 de junio de 1992, mediante Decreto Ley 25596, se inició, en primer lugar, el periodo de liberalización de la importación de medicamentos, insumos y drogas de carácter terapéutico con la flexibilización del registro sanitario para que ingresen al país las empresas internacionales ya que según el artículo 3 del Decreto Ley 25596. Se señalaba “que el registro sanitario de medicamentos genéricos y de marca se entenderá aprobado por la sola presentación de la totalidad de los documentos a que se refiere el artículo anterior, teniendo el Ministerio de Salud un plazo máximo de 15 días útiles contados a partir de la fecha de la dicha presentación a fin de poner en conocimiento del solicitante el número de registro sanitario correspondiente”. El debate sobre el “denominado registro automático” fue intenso. Como es natural Uriel García Márquez fue un enconado opositor, a pesar de que reconocía que las “barreras de Conamad” fueron negativas y que deberían corregirse, pero sin “trasladarse al otro extremo.”
En segundo lugar, la liberalización del comercio interno de medicamentos e insumos con el consiguiente aumento del número de establecimientos para su expendio sean boticas o farmacias, con la eliminación del requisito de ser profesional químico farmacéutico para ser propietario y expender medicamentos, así como la eliminación de las distancias que “deberían existir entre establecimientos farmacéuticos o boticas”. La oposición del gremio y del Colegio de Químico Farmacéuticos fue tenaz. Uriel García Márquez también se sumó, en su condición de ex decano de ese gremio.
En tercer lugar, se eliminaron todo tipo de controles de precios. O como también se denominó, se liberaron los precios de los medicamentos e insumos. En este acápite, también realizó una serie de críticas, debido a que planteaba nuevos mecanismos de competencia que impidieran el alza de los precios.
El debate de los últimos treinta años continúa porque la promulgación en el año 1997 de la Ley 26842 con su capítulo sobre medicamentos, pretendió dar una solución “definitiva” a las críticas antes descritas. Sin embargo, tampoco fue suficiente. En esa misma línea se promulgó, en el 2009, la Ley 29459, conocida como Ley de Medicamentos, que ya ha merecido sendas modificaciones legales. Además, el Foro del Acuerdo Nacional, en los consensos por el Perú del año 2020, ha desarrollado extensamente la política de medicamentos. La pérdida de Uriel García Márquez deja un vacío, no solo en su partido, el Apra, sino también en la política sanitaria nacional.